Por: Valentina Céspedes Hernández
Cada 17 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza, declarado oficialmente por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1992. Esta fecha tiene como objetivo crear conciencia y promover las necesidades y soluciones en la erradicación de la pobreza e indigencia en todos los países, particularmente en aquellos en vías de desarrollo. Sumado a esto, se busca poner en la palestra el esfuerzo y sacrificio de las personas que viven en esta situación.
Como hecho histórico adicional, a la fecha se le suma la primera manifestación en torno a los Derechos Humanos y en defensa de las víctimas de la pobreza y hambruna en 1987. Liderada por el padre Joseph Wresinski, la causa congregó a cien mil personas en la Plaza de los Derechos Humanos y las Libertades en París, lugar donde se firmó en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La pobreza se define como la falta de ingresos o recursos necesarios para cubrir las necesidades básicas. En términos económicos se mide en el grupo de personas que sobreviven con 1,80 USD (1500 pesos chilenos aprox.) al día y representa a un 10% de la población mundial, según la Banca Mundial.
De manera global:
Además de la “pobreza económica”, existe la “multidimensional”, la cual se mide a partir de las carencias que afectan en el desarrollo para alcanzar una calidad de vida íntegra, como la alimentación nutritiva, vivienda segura, educación, atención médica, agua potable, electricidad y trabajo.
Según el primer informe del Índice de Pobreza Multidimensional global, realizado en 2018 por la ONU y el Programa de Iniciativa para el Desarrollo Humano y contra la Pobreza de la Universidad de Oxford, una cuarta parte de la población de los 104 países analizados, equivalente a 1300 millones de personas, se encuentran en “pobreza multidimensional”: El 83% de las personas que la poseen viven en África Subsahariana y Asia Meridional, especialmente en sectores rurales. Por otra parte, un 46% lo posee de manera severa.
En esta línea, se descubrió que la mitad de los afectados por la pobreza -en la mayoría de las regiones- son niños y mujeres. El 70% de este grupo, que tiene 15 años o más, no posee ninguna formación, solo instrucción básica.
Latinoamérica:
Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en conjunto con la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que el PIB tendrá una caída histórica de un -5,3%, lo que significa un aumento de 16 millones de personas en situación de pobreza, sumando un total de 83,4 millones de personas a nivel mundial.
Agregan además que, el COVID-19 llegó “en un contexto de bajo crecimiento y, sobre todo, de alta desigualdad y vulnerabilidad, en el que se observan tendencias crecientes en la pobreza y pobreza extrema, un debilitamiento de la cohesión social y manifestaciones de descontento popular”.
En Chile, los índices de pobreza según la última encuesta Caracterización Socioeconómica (CASEN) de 2017, reconocen que alrededor de un quinto de la población (20,7%) se encuentra en situación de pobreza multidimensional. Cerca de tres millones de personas tendrían carencias para acceder a la salud, educación, vivienda y cohesión social.
Además, el informe de la CEPAL anticipa que el Índice de Pobreza 2020 llegaría a un 11,9% en un escenario optimista y a un 12,7% en un nivel intermedio. En este sentido, el organismo recomienda a los gobiernos del mundo crear y garantizar protecciones y bienestares sociales a toda la población mediante políticas socioeconómicas que permitan que grupos de riesgo puedan acceder a transferencias monetarias temporales para satisfacer las necesidades básicas y sostener el ingreso por hogar, evitando así que éstos caigan abruptamente en la pobreza extrema.
A menos que no se adopten medidas políticas efectivas, sustanciales y rápidas, con el objetivo de reducir la pobreza a un 3% de la población mundial, como se estimaba para el 2030, esta meta será inalcanzable en los próximos años.
Pandemia, cambio climático y conflictos internos como factor de incremento:
El panorama actual se ha tornado negativo, ya que, según la Banca Mundial, por primera vez desde 1998 las tasas de pobreza aumentaron un 9% en 2020 debido a la pandemia del COVID-19, que ha logrado que la economía mundial entre en recesión. En consecuencia, se espera que en los próximos años alrededor de 40 y 60 millones de personas entre en una situación de pobreza.
Alrededor de un 40% de los pobres del mundo que viven en países con economías frágiles impulsadas por conflictos internos, que representan a un 10% de la población mundial, aumentaría a un 67% en la próxima década, debido a la crisis de la actual.
Además, la mala distribución de ingresos conlleva a la desigualdad social, y actualmente la crisis económica y sanitaria debido al COVID-19, la cual ha producido un alto impacto contra la lucha de la erradicación de la pobreza.
El cambio climático ha afectado a cerca de 123 millones de personas que viven en sectores de altas inundaciones, y se estima que el cambio climático siga afectando a los más vulnerables, incrementando la cifra a un número aproximado de 68 y 135 millones de personas para el 2030. Cifras alarmantes que amenazan a sectores en la ex “Africa Negra” y Asia Meridional.