El ex sacerdote perdió todos los beneficios que otorga la Iglesia Católica tras ser expulsado de ella, ya que las leyes canónicas dictan que quienes reciben la orden interpuesta a Karadima, pierden los derechos que la Iglesia concede y deja de estar sujeto a las obligaciones del estado clerical.
Por lo mismo, el ex sacerdote tendrá que buscar dónde vivir y costear sus gastos con ahorros personales en la Mutual Tex (una especie de AFP para curas), que le proporcionarían alrededor de $300 mil pesos mensuales.
Además, Karadima perdió a la cuidadora personal que se estaba haciendo cargo de él, y dejó de tener la facultad de realizar misas, confesar o dar la extremaunción.
También (al menos en el papel), el ex sacerdote quedó libre de las obligaciones clericales como la castidad y la obediencia.
Fuente: 24horas.