SANTIAGO.- “Choyün, brotes de la tierra (2020)” es un corto animado codirigido por la periodista y documentalista Rosario López y por el director de arte y animador Sebastián Pinto. En sus 6 minutos de duración aborda temáticas como la explotación forestal y la intensa lucha de una familia que busca preservar la cultura y forma de vida mapuche. Sus creadores plantearon, en diálogo con Cultura 21, la importancia de hacer contenido audiovisual de este tipo para activar conversaciones y debates de “los muchos Chiles” que existen dentro del país.
¿Cómo nació Choyün y qué tanto cambió en relación a los acontecimientos sociales?
Este cortometraje nació con la idea de crear un contenido animado que explorara la relación de los mapuche, la naturaleza y la crisis socioambiental que estamos viviendo. Nos parecía muy relevante entender que la crisis medioambiental que vivimos tiene efectos concretos hoy y cómo las comunidades indígenas, particularmente los mapuche, tienen una cosmovisión llena de sabiduría y con un vínculo profundo con la naturaleza. Y ese vínculo, con la noción extractiva del progreso, se ha visto alterado. En el camino surgió el caso Catrillanca y el estallido social, y nos dimos cuenta que la militarización y lo que pasaba en Wallmapu era un espejo directo con las manifestaciones que se activaron en Chile a partir del 18 de octubre.
¿El proyecto es autogestionado?
Choyün es un proyecto autogestionado que partió de la iniciativa de ambos y donde confluyeron profesionales de distintas áreas de las artes, gente con la que queríamos trabajar porque admiramos mucho su trabajo, como el músico compositor Jorge Puig o la actriz y activista mapuche Paula González, que junto a su hermana dirige la reconocida compañía Kimvn Teatro. Además de los artistas del sonido Rodrigo Astaburuaga y Gabriel Villegas, y la voz de la actriz y activista mapuche Norma Hueche, quien narró la voz de la Chuchu en la lengua mapudungun. Con respecto a la animación, contamos con la colaboración de Ignacio Urrutia, codirector de estudio Liv 84, quien animó las escenas de los manifestantes de Plaza Italia y el enfrentamiento de la primera línea; y Francisco Bahamondes, quien aportó en el diseño de las serpientes Cai cai y Tren tren Vilu.
Podrían hablarme sobre el proceso creativo en sus creaciones. El trabajo de la animación, paletas de colores, la musicalización…
Choyün es una película que sigue a “Selk’nam”, un cortometraje animado que dirigió Sebastián y que da cuenta del exterminio de los Selk’Nam en Tierra del Fuego. Ese fue el punto de partida para crear este cortometraje, inspirados en la naturaleza y las obras de los artistas Lotte Reiniger, Michel Ocelot y Jossie Malis con su saga “Bendito Machine”, sumado a la estética de videojuegos de plataforma que combinan animación 2d y 3d. Respecto a la elaboración de las historias, en el caso de Choyün, realizamos una investigación en terreno y también nos nutrimos de fuentes conocedoras de sus tradiciones y sabiduría, tales como Elicura Chihuailaf, Gastón Soublette, entre otros. Esto da paso a un diálogo creativo que va dando forma a un guion técnico. Respecto a la paleta de colores, nos preocupamos que combinase de manera efectiva los contrastes con las siluetas, utilizando paletas en su mayoría monocromáticas, tratando de representar de manera intuitiva lo que evoca la narración. Por ejemplo, en las escenas que tienen relación con las industrias, los fondos son grises, en cambio en los bosques se resalta el verde como una manera de representar la vida y abundancia generosa de la naturaleza. Con un primer corte, reconstruimos la voz en off. Una vez ya avanzado el montaje final y teniendo claros los tiempos, Jorge Puig comenzó a trabajar en la música.
¿Cómo fueron armando el guión?
Hicimos un proceso de investigación de campo, fuimos a la zona y luego armamos varias versiones de guion. Con el transcurso del tiempo iban sucediendo muchos acontecimientos que no nos esperábamos, pero que sentíamos que debían estar en el guion. Así nos pasó con el estallido social.
De dónde salió la idea, primero de conectar estas 3 generaciones femeninas, y segundo, de mostrar una realidad de muchas familias, en donde algún integrante abandona su territorio y se dirige a una urbe en búsqueda de mayores oportunidades.
Es una idea que fuimos trabajando desde el comienzo del proyecto. Una familia representada en tres generaciones de mujeres, con distintas edades y vivencias. En el mundo mapuche, lo femenino es una energía muy poderosa. Con respecto a Ana, el personaje que deja su hogar para vivir en la gran ciudad, es una realidad de muchos “mapurbes”, que dejan Wallmapu y se instalan en Santiago o una urbe grande, con el desarraigo y las nuevas oportunidades que eso implica.
¿Cuál es el aprendizaje que quisieron transmitir en el corto?
La película tiene varios mensajes. Nos interesa plasmar la idea de las interrelaciones, como todo está vinculado con todo, y que no verlo es parte de la enfermedad que estamos padeciendo a nivel global. Como la crisis humanitaria y ambiental sucede hoy, frente a nuestros ojos, y afecta la naturaleza, nuestro habitar, y como históricamente los mapuche, con su sabiduría y conocimiento ancestral del territorio y la naturaleza, han estado al margen de las decisiones y hoy, con parte del Wallmapu militarizado. Creemos que hoy con la convención constituyente hay una posibilidad real de ampliar la conversación y los temas en un diálogo mucho más amplio, plurinacional y multi cultural, con miradas descentralizadas y distintas visiones y formas de hacer país y crear comunidad.
¿Se sienten representados en sus creaciones?
Sentimos que representan ideas que nos interesa mucho que circulen. Para nosotros crear Choyün ha sido un aprendizaje sobre el mundo mapuche, y hoy seguimos aprendiendo y observando todos los acontecimientos que siguen pasando.
¿Por qué es importante hacer contenido audiovisual de este tipo?
Porque son contenidos cortos y con un mensaje potente, que pueden activar conversaciones, diálogos, discusiones y debates. Es importante que hablemos de lo que estamos viviendo, de los muchos “Chiles” que hay dentro de Chile. Y esta película justamente pone sobre la mesa temas de pueblos originarios, naturaleza, crisis medioambiental, militarización de Wallmapu. La animación es un lenguaje que permite llegar a muchas personas y explicar lúdicamente temas que podrían ser espesos o complejos de entender.