La última vez que vimos a Loki (Tom Hiddleston) en el Universo Cinematográfico de Marvel fue en Avengers: Endgame, en la visita de los Vengadores al año 2012, en plena Batalla de Nueva York. Ahí, Tony Stark y compañía llegan con la misión de recuperar el Teseracto. Sin embargo, un furioso Hulk frustra su misión y el maletín en donde se encontraba el esta gema del infinito se abre y quedando así a los pies de Loki, quien no duda en tomarlo y huir.
Justamente así comienza el primer capítulo de Loki. Titulado “Un glorioso propósito”, el Dios de las mentiras y el engaño vuelve a “enrielarse” al UCM, pero en una versión “variante”, ya que este Loki no es el Loki a quien Thor en Ragnarok le dice: «tal vez no seas tan malo después de todo, hermano.» En esta oportunidad Loki no vuelve gracias a otra de sus resurrecciones, sino que, por cortesía de las distintas líneas temporales (¿y el multiverso?), lo que provocará, inevitablemente, caos.
Más vale Loki conocido…
Así, con la gema del infinito en su poder, Loki “escapa” de Nueva York al desierto de Gobi en Mongolia. Sin saberlo, cambiando un cautiverio, en manos de los Vengadores, por otro: prisionero de la Time Variance Authority (TVA), un organismo muy burocrático y que recuerda todo el papeleo que, a más de alguno, nos ha tocado vivir alguna vez en nuestras vidas. Esta organización, creada para ejecutar la voluntad de los Guardianes del Tiempo; seres que se encargan de velar por el correcto flujo del tiempo en la Sagrada Línea Temporal, son los que capturan/reclutan a Loki.
Esta variante de Loki claramente tiene sus propias motivaciones, es parte de su naturaleza. No se parece al que vimos en las más recientes películas; en donde se mostró más humano que antes. Es el Loki que quiere reinar en la Tierra y que acaba de matar a Phil Coulson. Es el que “trabaja” para Thanos. Es el villano por excelencia de la Fase 1. ¿Qué tan posible es empatizar con un personaje así?
No hay tiempo para responder a esa pregunta, por ahora, pues Mobius (Owen Wilson), un empleado de la TVA, aparece para ablandar a este tipo duro, no con golpes físicos, pero sí de otro tipo. Si queremos hacer una comparación, una especie de Agatha Harkness en Wandavision cuando lleva a Wanda por su pasado.
Un buen punto de partida
Si dividiéramos el capítulo en tres actos, el primer acto nos muestra a Loki conociendo la TVA y que es lo que le espera como prisionero de esta. Es en este acto, y de manera muy “didáctica”, donde Miss Minutes, un reloj animado que sirve como mascota de la TVA, le explica a Loki porque es prisionero.
Con la aparición de Mobius, comienza el segundo y tercer acto, en donde se nos muestra la relación de Hiddleston y Wilson, que creo que es de lo mejor de este primer episodio. Esta especie de relación detective multiversal dará mucho que hablar y en su primera aparición ya quedó claro que tiene buena química.
De los primeros episodios de las tres series estrenadas por Marvel Studios este año, “Loki” da un paso más allá. Si bien Wandavision nos sorprendió con una apuesta totalmente diferente a lo que nos tenía acostumbrado el UCM, su estreno no alcanzó a ser lo suficientemente impactante. Lo mismo con The Falcon and The Winter Soldier, que, sin duda, de los tres, fue el más “formula Marvel” y con varias tramas presentadas de forma inmediata.
En cambio, “Loki” arribó en Disney+ con un primer episodio impactante, mostrando inmediatamente, pero a la vez de manera sutil, que es lo que se viene para el hermano de Thor en esta nueva aventura a través del espacio tiempo. Sumado a lo anterior, más de alguna pista sobre Doctor Extraño en el Multiverso de la Locura podría ser revelada en la serie.
Loki se estrena todos los miércoles solo en Disney+.