El deceso conocido este jueves del músico griego Vangelis (1943-2022) apena a diversos círculos musicales. Esto, por los diversos aportes del compositor y tecladista, cuyo nombre real era Evángelos Odysséas Papathnassíou, para distintos géneros.
La primera asociación para muchos sea su vínculo con la electrónica. Lejos del virtuosismo pirotécnico, su enfoque fue el ocupar los sintetizadores para generar texturas que dan pie a atmósferas, sobre las cuales se vertía material melódico relativamente sencillo pero bien construido.
Este aspecto, encasillado en la new age, se aprecia en discos clásicos de los ’70 que marcaron su ruta de estilo, como “Heaven and Hell” de 1975.
Pero su familiaridad con los teclados electrónicos se consolidó un poco antes, en su trabajo con el grupo de rock progresivo helénico Aphrodite’s Child, donde también participaba el desaparecido cantante Demis Roussos. Los amantes del prog valoran el disco conceptual “666”, inspirado en el Apocalipsis de la Biblia, como una obra maestra.
Incluso Vangelis estuvo a punto de entrar al grupo Yes en 1974, tras la primera partida del tecladista Rick Wakeman, aunque el trabajo en ese momento recayó en el suizo Patrick Moraz.
Igualmente, se sentó la semilla para que el griego colaborara posteriormente con Jon Anderson, la voz insigne del grupo inglés, bajo el nombre Jon & Vangelis. Una asociación que les dio algunos hits radiales, como “I’ll Find My Way Home” y “State of Independence” a comienzos de los ’80.
Música para el cine
Fue en esa misma época que Vangelis comenzó a desarrollar un trabajo que en lo personal amaba profundamente: aplicar su estilo personal al servicio de la cinematografía.
Y el título que cimentó un prestigio en esa faceta fue “Carrozas de Fuego”, el clásico film británico de 1981. Con este soundtrack Vangelis se llevó el Oscar a mejor música, derrotando a John Williams, que se veía como carta segura en ese momento con “Cazadores del Arca Perdida”.
Posteriores trabajos en el cine incluyen a “Blade Runner” (1982) y “1492” (1992). En esta última utiliza coro, y expande su paleta colorística para incluir instrumentos orquestales, procedimiento que alcanzaría su cénit en “Alexander” de 2004, la cinta biográfica sobre Alejandro Magno.
Un tiempo antes, en 1993, el compositor estrenaría una de sus obras más celebradas, “Mythodea”, una sinfonía coral encargada por la NASA, que llegaría en 2001 al mundo discográfico a través del sello Sony Classical. Esta creación se presentó en Chile el 2018, como parte de la versión 50 de las Semanas Musicales de Frutillar.
Todos estos aspectos se materializan en una discografía abultada. Una que tuvo su capítulo final el año pasado, cuando Vangelis publicó el trabajo “Juno a Júpiter”, inspirado por el envío de la sonda Juno al planeta más grande de nuestro sistema solar.