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Elicura Chihuailaf: “La palabra poética es fundamental en el proceso constituyente”

"Las políticas económicas deben ser consecuentes con la naturaleza, el sustento de su armonía", dijo el poeta.

SANTIAGO.- En septiembre de este año, el poeta y oralitor mapuche, Elicura Chihuailaf, recibía el Premio Nacional de Literatura, convirtiéndose en la primera persona de esta cultura en recibir el galardón. A dos meses del histórico momento, desde la comunidad en donde reside, en La Araucanía, el escritor conversó con Cultura 21 sobre la cosmovisión mapuche, su infancia en Quechurewe y el conflicto en la zona. Además, reflexionó sobre los desafíos del proceso constituyente y la construcción de un país más justo e inclusivo.

Hablemos del pueblo mapuche, ¿Cómo esta cultura ha influido en sus trabajos?

Soy mapuche. Como se dice, nadie elige nacer en una cultura, un lugar, un color, un idioma, una visión de mundo, y ahí está la tarea de aprender a conocer lo que a cada cual le ha tocado; yo nací y crecí en la comunidad de Quechurewe, en la que habito, viví mi infancia en esta visión de mundo, entre el mapudungun y el castellano, entonces, todo lo que escribo y pienso, tiene que ver con la cultura mapuche y con todo el diálogo que he tenido, en el transcurso de mi vida,  con otras culturas, como la chilena y otras que he ido conociendo en otros lugares.

¿Se siente un representante del pueblo mapuche?

Indudablemente, porque soy mapuche. Los logros o sueños que uno tiene están conectados con nuestro pueblo. En mi caso, cuando escribo y esa escritura trasciende,  ahí está el pueblo mapuche. Uno escribe desde la memoria de sus mayores y las experiencias de nuestros antepasados.

¿Cuál es su visión del conflicto en La Araucanía?

El conflicto lo creó el Estado chileno y, lamentablemente, no ha querido asumirlo. Eso ha impedido un diálogo profundo y una solución. El Estado chileno comenzó el conflicto al ocupar el territorio histórico de nuestro pueblo y siempre ha querido endosar la responsabilidad del conflicto al pueblo mapuche.

¿Cuáles son las soluciones que propone para este problema?

En primer lugar, que el Estado chileno asuma esa realidad. Son ellos quienes generaron el denominado “conflicto mapuche” y no han tenido mucha voluntad para terminarlo. Esto ocurre porque quienes han estado en el poder han sido un grupo pequeño de familias, que tienen tomados todos los poderes del estado, y estos grupos no han tenido la voluntad de escuchar al pueblo mapuche ni al pueblo chileno en sus demandas.

¿Cree que el Estado chileno tiene la intención de que el pueblo mapuche pueda rescatar su propia cultura?

Creo que ha habido pequeños cambios, pero el Estado chileno sigue con la idea de la exclusión. Todo lo que sucede, en general, es como decorativo, hay declaración de buenas intenciones, está en el discurso, pero solo queda en eso. Si quieren cambiar esta situación, tienen que hacerlo de manera profunda, con mucho diálogo, conversar, modificando los conceptos.

¿Qué piensa de los dichos de la ministra de Cultura, Consuelo Valdés, cuando dijo que “un peso que se coloca en Cultura se deja de colocar en otra necesidad de los ciudadanos”?

Me parece absolutamente lamentable. Yo conversé con la ministra antes que hiciera estas declaraciones y pensaba que era una persona que se interesaba por la cultura, pero no sé qué le paso, porque a la semana siguiente cambia de idea; una totalmente opuesta a la que yo conocí.

Hoy, en tiempos de pandemia, ha quedado claro con más fuerza que la cultura es realmente necesaria, ¿cómo se ha resistido? Escuchando música,  consumiendo literatura, mirando escrituras, libros, pinturas y otras expresiones artísticas. Eso es cultura, es vida, es algo fundamental, porque el ser humano no es solamente un cuerpo, es también espíritu.

¿Cómo abordaría, desde las políticas culturales, el proceso constituyente?

Creo que es fundamental la presencia de la poesía en ese proceso, la palabra poética. Tiene que ser una mirada amplia, equitativa, y debe considerar el territorio y la diversidad que habita en Chile. Las políticas económicas deben ser consecuentes con la naturaleza, el sustento de su armonía, donde poéticamente no sean unos pocos que se llevan el beneficio de la macroeconomía; debe ser igualitaria y que incluya la pluriculturalidad. Ojalá que esta nueva constitución apunte al “vivir bien” o, como nosotros decimos, al Küme Mogen.

¿Ha pensado en ser constituyente?

Me encantaría la posibilidad de aportar, pero creo que hay otras personas que están con más energía que yo para ser parte de este proceso. Si bien tiene que estar todos los sectores representados en la constituyente, creo que hay que darle un principal reconocimiento a los jóvenes, quienes fueron los iniciadores de este proceso y que, ojalá, los partidos políticos no se adueñen de esta gran oportunidad de una nueva constitución poética, que hable desde lo mejor y más profundo de nosotros.

Desde el movimiento social, que inició en octubre, la protesta revalorizó toda una simbología mapuche ¿Cuáles son sus impresiones al respecto?

Me alegra mucho. Me emociona. Usted sabe que el poder detesta estas expresiones, porque al “Chile superficial y enajenado”, como lo llamo, siempre ha estado mirando hacia afuera, antes mirando hacia Europa, ahora hacia Estados Unidos, ocultando a las culturas nativas de nuestra tierra, creyendo que en Chile solo existe la cultura blanca y no la de los indígenas. Es importante que los jóvenes hayan empezado a ver y a sentir como suya la cultura de nuestro pueblo y de los otros pueblos nativos que habitan Chile.

Para finalizar, ¿Cuáles son sus planes para el futuro o qué proyectos se vienen?

Asomará lo que tenga que asomar, vendrá lo que tenga que venir. Mientras tanto, yo seguiré en mi tarea de sumarme a la lucha cultural de nuestro pueblo, como lo he hecho durante mis últimos 40 años.

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