El 2 de mayo de 2008, la erupción del Volcán Chaitén cambiaría las vidas de más de 5 mil personas que habitaban hasta ese entonces la comuna. Días de lluvia, sumado a la caída de cenizas, desbordaron el Río Blanco, el cual ascendió a 1,5 metros de su cauce habitual provocando daños severos en viviendas, obras viales y servicios básicos.
Con mucho esfuerzo la ciudad logró levantarse y recuperar sus espacios, sin embargo, este accidente natural dejó marcada la historia de Chaitén hasta hoy. Y para recordar el trabajo en comunidad y la resiliencia de las personas que viven en el lugar, se inauguró, días atrás, el Museo de Sitio de Chaitén, primer museo que conmemora un desastre natural en Chile.
Con una exposición inaugural, realizada con todas las medidas sanitarias correspondientes y con aforo reducido, se dio inicio a su funcionamiento. El recinto se emplaza en la única manzana donde se encuentran casas enterradas bajo cenizas del volcán Chaitén.
El lugar, fue preservado por el Ministerio de Bienes Nacionales y concesionado a Fundación Procultura, ejecutores de la iniciativa, la cual fue financiada por el Programa de Infraestructura Cultural Pública y/o Privada 2017 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Fue diseñado por los arquitectos Raúl Irarrazabal y Juan Pablo Chandía, y estuvo a cargo de la constructora local Qué Lugar Quieres.
“Lo que más valoramos de todo esto, es que el trabajo se realizó en conjunto con la comunidad de Chaitén, quienes han mostrado fortaleza y sobre todo resiliencia desde el 2008. Ahora todo ese esfuerzo invertido en levantar la ciudad quedó plasmado en este Museo, el cual además muestra y pone en valor el patrimonio geológico de nuestro país”, explicó Alberto Larraín, director ejecutivo de Fundación ProCultura.
Por su parte, el seremi de Bienes Nacionales de la región de Los Lagos, Jorge Moreno, sostuvo que “en 2016 entregamos la concesión del terreno, para lo que considero la ‘Pompeya’ chilena, con ellos buscábamos conservar y difundir la memoria de un evento que marcó la vida de miles de personas, y que cambio la geografía del lugar para siempre. Hoy, con el museo marcamos un hito al entregar este patrimonio arqueológico, y realzamos con ello su valor turístico como geo-sitio”, indicó Moreno.
El museo también cuenta con un centro de interpretación que contempla una sala de exposiciones, sala multiuso, oficinas y un mirador en la parte alta que permitirá apreciar una vista panorámica de este patrimonio geológico. Este espacio se conecta a través de un circuito guiado, que comienza por un sendero enrocado escoltado por la impresionante presencia de las casas que aún permanecen. El circuito relatará lo acontecido en el 2008 de forma vivencial, destacando también el valor geológico y arqueológico del territorio y sus atractivos territoriales.