La historia de una mujer que lo dejó todo por seguir su pasión. La Nasa destacó algunos de sus trabajos. Hoy se esmera por perfeccionar su técnica y transmitir sus conocimientos en diversos talleres.
Ante la imposibilidad de realizar conciertos presenciales y las limitadas posibilidades de trabajo “online” durante el 2020 y parte del 2021, muchos artistas chilenos dedicados a la música decidieron emigrar de nuestro país, cruzando las fronteras no tan sólo para alcanzar la anhelada proyección internacional, sino también con el básico objetivo de seguir trabajando.
Aseguró, además, que en Santiago existe una especie de dictadura de la imagen, lo cual no permitiría que comunas más pequeñas avancen en la apreciación cultural.
TeatroPAN generó en Santiago un espacio para el encuentro de culturas. "Las artes escénicas desde sus inicios han tenido raíces populares y colectivas, siendo un lugar de encuentro y muchas veces de integración", dijo Jaime Reyes, director de la compañía.
La mujer manifestó que el teatro es la gran fotografía de un país y que ahora son los jóvenes quienes están haciendo la creación más participativa y colectiva.
Mariana Loyola, Paulina Moreno y Amparo Noguera hablaron sobre el fin del patriarcado, los abusos en la industria y el talento de las mujeres, lo que ha impulsado una verdadera revolución a nivel de formas y contenidos.
Realizador dijo que esto es posible gracias a la figura de Pedro Lemebel, quien fue la semilla del movimiento LGTBQ+ en Chile. “No estaríamos discutiendo el matrimonio igualitario si no hubiese existido”, aseguró.
Constructores y testigos del auge y el progreso de la región Metropolitana, los areneros del río Maipo son guardianes de una historia que se remonta hace casi 200 atrás, cuando la naciente república luchaba por afianzar sus dominios y construir la capital que sería el centro de su poder político y administrativo.
Todo el que se haya topado con ellos alguna vez en medio de su caminata, seguramente tendrá grabado ese armonioso estruendo, los ritmos alegres y la elegancia de sus movimientos, una felicidad inmensa que se transmite por medio de los elementos de su música, en una puesta en escena que todo chileno debería haber visto alguna vez en su vida: la magia de los chinchineros.
La lucha por preservar estos oficios no es solo un acto de resistencia, sino que también un llamado a reflexionar sobre el verdadero precio de la modernidad.