Por Martín Cea, Luka Hernández y Javiera Díaz
Dentro del periodismo existe una rama dedicada a verificar datos, hechos, noticias e historias que se difunden por los medios de comunicación, todo con el fin de detectar errores e imprecisiones, hasta comprobar si se trata de una información con cimientos en la posverdad, o para llegar a desmentir una fake news y, en el mejor de los casos, demostrar que la información estudiada es efectivamente verídica. Se trata del fact checking, una ciencia dentro de las comunicaciones usada, sobre todo, en el periodismo de investigación y político.
En Chile ha sido herramienta crucial para creadores y verificadores de contenido desde hace un tiempo, pero a partir del 18-O ha tomado protagonismo en redes sociales y medios tradicionales. En este sentido, actualmente es casi imposible para los medios trabajar sin verificar la información, por la exigencia de la ciudadanía hace los medios masivos.
Pese a que desde el Siglo XX, donde salen las primeras luces de los medios de comunicación, ya era posible ver a periodistas dedicados solo a la comprobación de datos, es en el Siglo XXI, en la era de la información e internet, empiezan a surgir medios especializados en la ciencia. En los de Estados Unidos está Snopes (1994) FactCheck.org (2003), PolitiFact y The Fact Checker (2007) –este último del Washington Post, el periódico más antiguo de Washington D.C, capital de EE. UU-. El camino lo sigue el Reino Unido, con Channel 4 Fact Check y Full Fact; y Argentina en el 2010 con Chequeado. En el 2012, el fenómeno de la comprobación de datos toma fuerza en Francia, en medio de las elecciones presidenciales de ese mismo año.
El 4 de mayo de 2012, el medio francés TV5 Monde, en un artículo titulado Présidentielle France 2012: le triomphe du fact-checking! (“Presidenciales Francia 2012: ¡el triunfo de la verificación de los hechos!”), presentó lo siguiente:
“miércoles por la noche, día del tan esperado debate de dos rondas entre François Hollande y Nicolas Sarkozy. En el televisor, los dos candidatos con argumentos bien ajustados acompañados por dos periodistas. En Internet, los periodistas examinan y analizan cada figura dibujada por los dos políticos. A lo largo de la noche, hicieron «Fact-checking»”.
El día posterior al debate, Libération dio a conocer datos sobre esta serie de verificaciones: “Nicolas Sarkozy obtuvo una tasa de credibilidad del 46,3% y François Hollande 55,3%. El más creíble de la campaña sigue siendo Jean-Luc Mélenchon con un 63,3%.”, estas cifras se obtuvieron después de que el diario parisino realizara un estudio, que duró 3 meses, a citas dichas por los candidatos a los medios de comunicación y periodistas.
En Chile, a raíz del estallido social, esta técnica ha sido adoptada por medios como La Tercera, Tele13 y CNN Chile. En tanto, medios dedicados al fact cheking, creados antes de la crisis -Fact Cheking UC- y creados a partir de esta -Fast Check CL-, han ganado seguidores y reputación entre periodistas y lectores, debido a la transparencia tanto en metodologías de investigación, como en la veracidad de las fuentes que consultan para estas comprobaciones.
La periodista en verificación de datos de la Agencia France-Presse, Valentina de Marval, afirma que esta ciencia es necesaria hace muchos años, ya que, “el fact checking es una herramienta valiosa en toda democracia y cuando una democracia está en crisis o hay un movimiento social con mucha fuerza, son caldo de cultivo para que circulen falsedades. El fact checking se vuelve extremadamente necesario para lo que pasó ahora en Chile”, dijo, agregando que debido a las pasiones que traen las protestas «es muy fácil caer en un mar de informaciones en donde cualquiera puede perderse».
El trabajo que hay detrás de este estudio de informaciones a veces puede ser agotador, comentó Valentina, «porque es tanta la información que ronda por los medios, que hay casos en que uno no puede creer que estén compartiendo como verdadero; que uno personalmente diría ‘cómo voy a chequear esto si obvio que es mentira’, sin embargo, la labor se debe hacer igual, ya que una persona, dos, o tres, piensen que de verdad pasó, y es materia de chequeo”.
Valentina de Marval, mientras estudiaba en la Universidad Católica, era ayudante de un ramo cuyo ejercicio consistía en verificar información, ramo que dictaba Andrés Almeida, una de las primeras personas que se interesó y aplicó el fact cheking en Chile. Dicha situación fue piedra angular para convertirse en experta en verificación de datos.
Mientras trabajaba en CNN Chile, la productora Andrea Vial trajo un proyecto llamado Chile Check, que fue “un programa de Turner Chile (Chilevisión y CNN) en sociedad a dos organizaciones sin fines de lucro que son Espacio Público y el Instituto de Estudios de la Sociedad”, dijo Valentina. Este programa, que salía al aire semanalmente, comenzó durante la campaña presidencial del 2017 analizando discursos públicos de los candidatos.
Chile Check quedó como segmento en las redes sociales, donde se subían videos de un minuto de duración. Este proyecto terminó y Valentina ofreció un ramo sobre fact cheking en la Universidad Diego Portales durante el segundo semestre del 2019. En tanto, Agence France-Presse estaba buscando a alguien especializado en fact checking en Chile para el segmento AFP Factual; ahí ella postuló y quedó seleccionada para el puesto en noviembre pasado, luego de pasar las entrevistas de rigor.
Métodos
El académico de la Universidad Católica, Enrique Núñez Mussa, trabaja en Fact Checking UC, iniciativa que partió en 2013 en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica. Él explica explica que existe una metodología de aprendizaje estandarizada para el proceso de enseñanza de la verificación de datos, para una cantidad de alumnos entre 40 o 50, donde hace énfasis en que primero los estudiantes conozcan el consumo crítico de medios, haciendo levantamiento de afirmaciones de dichas autoridades.
El académico se refiere a este proceso: “por ejemplo, cuando verificamos una cuenta pública presidencial o un debate presidencial, los alumnos se pasan todo un mes revisando solo cosas que dijeron los candidatos o frases que dijo el Presidente frente a la prensa y triangulamos; revisan prensa escrita, prensa digital y eso los hace expertos en el personaje”.
Después de ese proceso, los alumnos empiezan a presentar propuesta de reportes de cómo ellos abordarán y verificarán esas afirmaciones. Con lo anterior, ellos aprenden cuándo una información es verificable o no y en ese proceso están acompañados por un equipo de dos profesores, ayudantes y editores.
Una vez que terminan su investigación, los alumnos entran en el proceso de redacción de una crónica, que luego las publican y se realiza un evento, donde los estudiantes realizan una verificación en vivo de las afirmaciones de ese instante y se publica, comenta el académico Enrique Núñez.
Dentro del estallido social, el fact cheking ha ayudado a combatir la desinformación, la misma que puede influir de manera negativa a la sociedad en situaciones de suma importancia del país. Un ejemplo de estas: elecciones presidenciales. También, a formar opiniones basadas en hechos que no son reales en medio de una crisis en la cual las emociones pueden jugar en contra.
Se espera que, para un futuro no muy lejano, todo medio de comunicación y difusión tenga una sección dedicada a la verificación de información, a pesar de que sea “complicado porque a ninguna autoridad creo que le gusta que la verifiquen”, plantea de Valentina de Marval.
Pero para que el fact cheking sea masivo, primero los consumidores de información tienen que acostumbrarse a dudar lo que lee en los medios y RR. SS, “que se tomen el hábito de poner en duda lo que están viendo en internet y de tomarse el tiempo de revisar antes de compartir”, sentenció la experta en verificación de información, Valentina de Marval.