Felipe Brangier es el capitán de la selección chilena de Rugby Seven, que ha llegado a ser considerada como la generación dorada de este deporte dentro del país; y es un referente del Prince of Wales Country Club, uno de los equipos más importantes de Chile. Además, se ha transformado en un histórico de la ovalada por levantar el Bowl en el Mundial de Rugby Seven San Francisco 2018 y también por su garra, habilidad y tremendas actuaciones vistiendo la camiseta del combinado nacional, anotando incluso el histórico Try que le dio la victoria a Chile sobre los All Blacks de Nueva Zelanda, el cuadro más poderoso del mundo.
¿Qué significa para ti el Prince of Wales Country Club?
Yo tengo una estrecha relación con el Country, primero porque mi colegio no tenía canchas propias, entonces cuando íbamos a entrenar rugby arrendaban el Country. Por eso ya tenía una cierta familiarización con el ambiente en el club, con las canchas, con el entorno y, además, mi hermana mayor, Paulette, que fue seleccionada chilena de hockey, también juega por el Country. Entonces desde chico he sentido una relación, un lazo con el club que lo he podido mantener hasta el día de hoy. Siento que el Country es mi club, mi segundo hogar, mi segunda casa, en donde yo conocí a los que son hoy en día mis amigos más cercanos, en donde me he desenvuelto y me he desarrollado como jugador desde pequeño, desde los primeros inicios, entonces tengo los mejores recuerdos y la mejor percepción del club.
Dentro del deporte ¿Quiénes se han convertido en tus referentes?
Lamentablemente, un amigo que falleció. Él se llamaba Santiago Fuenzalida, también fue compañero mío en el Country. Jugamos juntos el Mundial de Chile 2008, pero él tuvo un accidente automovilístico y falleció. Él era un personaje súper especial, muy carismático, muy fanático del rugby, que vivía muy intensamente el día a día del rugby. Le encantaba, estaba todo el día en el club y eso a mí siempre me llamo la atención me sorprendía que fuera tan fanático, siempre pensando en el rugby, siempre pasándolo bien con el rugby y siempre lo miré con admiración porque yo también quería hacer eso, jugar rugby, vivir rugby, entretenerme con el rugby, y es de esas personas especiales que tiene un no sé qué de carisma. de entrega, de solidaridad, de humildad y simpatía que lo hizo una persona muy especial en mi vida, y así creo que ha sido uno mis grandes referentes en el deporte y en el día a día en la vida. En el fondo cómo a uno le gusta vivir el rugby. Eso desde el lado más personal.
Del lado más deportivo netamente rugbístico en la cancha, uno de mis referentes en el club fue Pablo Llorence que para mí fue uno de los mejores jugadores que ha existido en el medio. Yo crecí viéndolo cuando él estaba en su mejor momento, entonces yo subí a la categoría adulta y lo veía a él, y en el fondo lo encontraba extraordinario. Un jugador de medio internacional. Me fijé en él, en sus condiciones, en su juego, como un referente dentro de la cancha.
Hablando del nivel internacional. Tuviste la oportunidad de jugar en el extranjero, ¿Cuál fue el primer choque que viste cuando pasaste de estar jugando en Chile a una de las mejores ligas del mundo?
Allá en nueva Zelanda al igual que acá en el rugby local, el rugby del club, el rugby de la esquina, es amateur. La gente juega y va al club de rugby porque ahí están sus amigos, porque le gusta jugar rugby y no le pagan por eso. Hay instancias y categorías donde uno en el fondo va ascendiendo y haciendo carrera, pero te diría que el rugby local, el día a día, allá también es una especie de rugby amateur igual que acá. Aunque tiene estructuras competitivas y profesionales que aquí no tenemos. Allá digamos que se vive el día a día el rugby de forma muy amateur. Lo que me llamó la atención era la capacidad de entendimiento que tenían del juego, la capacidad de destreza que tenían todos los jugadores de cualquier posición, allá todos saben hacer un buen pase, todos saber correr una buena línea de carrera, todos saben taclear, todos saben cuándo pasarla, cuando no pasarla, entonces eso me llamó la atención, que el conocimiento estratégico del deporte era mucho más transversal a todo (…) y también con el fanatismo que lo viven, el día a día, el espíritu del rugby , los valores del rugby también se ven muy reflejados, mucha amistad, muchos compañerismo, mucha disciplina, mucho compromiso, creo que allá también fue una buena instancia para aprender mucho de los valores del rugby, más allá de lo netamente deportivo y el nivel, allá uno aprende y ve y lo identifica en vivo, en la cuna del rugby.
Curiosamente, además de haber jugado ahí, tuviste la chance de ser el chileno verdugo de Nueva Zelanda, ¿Cómo te sentías el día que les tocó enfrentar a los All Blacks?
Una mezcla entre alegre, contento, nervioso, ansioso; es un partido que cualquier jugador de rugby quisiera jugar alguna vez en su vida, tiene que entrar a una cancha a competir contra un equipo neo zelandés, sea All Blacks A, All Blacks B, All Blacks C, ¡son nueva Zelanda! igual tiene una estructura profesional, están los mejores jugadores ahí, los compadres se dedican y están buscándose una trayectoria, un camino de rugby profesional, entonces era un bonito desafío y era un bonito premio o pago a todos los años y la trayectoria que yo había tenido porque desde los 8 años que llevo en la selección no me había tocado nunca jugar contra con Nueva Zelanda,(…) entonces era un momento especial que quería disfrutar.
¿Cómo recuerdas el encuentro?
Fue el primer partido del torneo y siempre el primer partido de los campeonatos es difícil, porque uno no ha soltado el primer aire del físico, no ha tenido el roce del primer partido, uno de repente entra medio dormido. Nueva Zelanda probablemente nos miró para abajo, se confió, era un día también que estaba lloviendo, lo que volvía más complicado el juego y el manejo de la pelota, y por el otro lado nosotros, Chile que estaba frente a un momento muy especial, una oportunidad única, el poder jugar contra Nueva Zelanda. Estábamos muy convencidos, con mucha convicción de salir a competir, de hacer un buen torneo y hacer un buen (…) El trámite del partido tuvo una buena defensa para nosotros, ellos se equivocaron harto y nos tocó la oportunidad de marcar un try, y afortunadamente por cosas circunstanciales me tocó estar a mí en el momento preciso, en el segundo preciso, en el lugar correcto para poder marcar ese try que nos dejó la victoria 7 a 0 frente a un equipo Neo Zelandés que la verdad si lo llevamos al papel no debiese haber sido derrotado.
¿Qué significó ese try para ti?
Una alegría inmensa. Es un momento histórico en mi carrera, único, que lo voy a recordar siempre para toda mi vida con mucha alegría y estoy muy agradecido de las circunstancias de la vida que me haya tocado a mí estar en ese momento, en ese lugar y marcar el try.
Bueno, podría darse de nuevo ¿no? Ahora vuelven los All Blacks, esta vez para enfrentar a la selección XV, ¿Cómo ves este encuentro?
Es un tremendo desafío, un muy buen partido, un poco diferente los escenarios porque en Sillicon Valley competimos en la disciplina Seven y en noviembre vamos a jugar por XV. La gracia del Seven a diferencia del XV es que las características del juego te permiten acortar mucho más las brechas entre las potencias internacionales entre las estructuras que son superiores a las tuyas por los aspectos del juego que son 7 minutos por lado, con 7 jugadores dentro de una misma cancha por equipo. El aspecto físico no es tan predeterminante, entonces eso te permite de repente competir y ganar partidos que en el papel uno no debiese ni siquiera acercarse a ese competidor (…) a diferencia del XV que eso es más difícil porque son 80 minutos de juego, hay muchos más jugadores dentro de la cancha, hay un aspecto físico que es mucho más predominante (…) creo que para esta oportunidad el partido contra Nueva Zelanda va a estar mucho más difícil que en ese momento en el Seven, por estas diferencias de las disciplinas que te estoy comentando. Pero de todas formas con tremendas expectativas de poder jugar ese partido, de vivir la experiencia, de recibir a All Blacks Maori acá para hacer la cancha, jugar de igual a igual, mirarlos de frente y competirles e intentar hacer el mejor rugby posible y quién sabe por ahí ojalá dar la sorpresa, hacer un buen partido y quedarnos con un buen resultado (…). Va a ser difícil pero igual es una experiencia única que no sé cuántas veces más podamos vivirla y hay que dejarlo todo nomas, disfrutar y sacrificarse, entregarlo todo para hacer un buen partido.
¿Cuál es tu favorito? ¿Rugby XV o Seven?
Me gusta el rugby entero, el XV y el Seven. Todos los jugadores partimos con el XV, ese es el rugby que se enseña, y el que manda mundialmente (…) Pero si me preguntas a mí personalmente prefiero el Seven, porque le he dado mucho más tiempo y dedicación que al XV. Considero que es un estilo de disciplina mucho más exigente desde la parte física, es una preparación mucho más atlética, donde se equipara también con todas las condiciones y es mucho más lúdico, más entretenido y vistoso para el público en general. Es más divertido ver un Seven que ver un XV, porque el Seven al final es casi puro duelo uno contra uno. Te permite desnudar mucho al jugador, en el sentido de sus destrezas. Puedes ver inmediatamente qué jugador es rápido o lento, qué jugador tiene mal pase, buen pase, qué jugador taclea (…), creo que el Seven es mucho más exigente de cara al jugador en sus destrezas, en sus toma de decisiones, que lo que es el XV, entonces eso creo que es lo más exigente y creo que a mí me gusta más competir en esas condiciones.
¿Qué falta para popularizar más el Rugby en Chile?
Creo que el rugby va por un buen camino, porque es el deporte en el mundo que más crece a nivel mundial, en cuanto a espectadores, deportistas y adherentes, pero siguen faltando muchas cosas para acercar el rugby a la gente. Primero que todo aquí en Chile tenemos que perder ese estigma de que el rugby es solo un deporte de cuicos. Eso es mentira (…) el rugby no tiene ninguna condición de alto nivel, ni de alto perfil, es un deporte que lo puede practicar cualquier persona. Solo se necesita un protector bucal y un par de zapatos de 20 lucas. No requiere ningún equipamiento especial que haga que una persona de escasos recursos no pueda practicarlo. Lamentablemente las condiciones amateur que tenemos del rugby acá en Chile hace que los jugadores más dedicados o los jugadores que se puedan dedicar más al rugby sean los jugadores que tienen las lucas y que tiene la contención de apoyo familiar, porque tú para dedicarte al rugby tienes que comer, entrenar, compartir suplementos, comprarte zapatos. En el fondo, tienes que pagarte tú la dedicación al deporte, y eso de repente para las personas de escasos recursos o que no tienen las mismas oportunidades de que la familia les pague y le apoye todo, se les escapa un poco de las manos porque no tiene tiempo. Tienen otras responsabilidades y otras necesidades, tienen que trabajar, y las lucas no pueden gastárselas en los suplementos, sino que las necesitan para comer.
¿Y qué hace falta para terminar con ese prejuicio?
Estamos rompiendo bien con el estigma de que el rugby es un deporte elitista o que solamente lo practican cuicos. Creo que también acá en Chile falta todavía seguir masificándose, seguir informando a la gente sobre lo que es este deporte, más allá de que es un deporte que uno corre con la pelota y todos se pegan, es un deporte que de verdad forja carácter, es un deporte que enseña con los valores del rugby, digamos en carne y hueso el tema de la superación, la disciplina, el respeto, el tema del compañerismo, el trabajo en equipo. Creo que esos son los valores vivos del rugby que hay que intentar reflejarlos más fuertemente de cómo lo estamos haciendo ahora, el rugby es reconocido mundialmente por los valores que transmite, creo que tenemos que trabajar más fuerte en esa difusión, en lo que enseña el rugby, en lo que es el tercer tiempo, esa instancia que no existe en ningún otro deporte que después de que terminaste el partido hacemos una hamburguesa, una cerveza, una bebida, compartimos, conversamos, ponemos música, eso no conozco que se den mucho en otros deportes, entonces son eso los aspecto que creo que tenemos que seguir trabajando para acercar el rugby a la gente que no conoce o que no se ha acercado tanto a este deporte.
¿Cuándo crees que será el peak de rendimiento de la generación dorada de los Cóndores 7s?
Yo te diría que el peak de rendimiento de esta generación lo estamos teniendo ahora o lo tuvimos recién en esta temporada. Esta es una generación y un grupo de jugadores que lleva entre 3 o 4 años trabajando, digamos la mayoría del grupo llevamos 3 o 4 años consecutivos entrenando juntos y muy dedicados aprendiendo mucho de los viajes y de los torneos internacionales que hemos visto. Nosotros siempre vamos muy atentos, casi que estudiando y tomando nota de lo que hacen los equipos profesionales o de los equipos que son mejores que nosotros y eso nos tiene hoy en un buen momento, porque nos hemos preparado, hemos entendido que la preparación tiene que ser al 100%, que tenemos que preocuparnos de todos los aspectos y eso creo que nos tiene hoy jugando en nuestro peak.
¿Entonces hoy estamos viendo lo mejor de los Cóndores 7s?
Probablemente podemos seguir mejorando pero con las condiciones que tenemos, ya estamos llegando a un techo, a un límite. Hay un concepto en el amateurismo que dice que el amateurismo tiene un techo, tiene un tope donde tú ya no tienes más tiempo, capacidad o herramientas para seguir dedicándote a mejorar en tu disciplina mientras tengas que compatibilizarla con estudios, con familia u trabajo. Hay momentos donde no te alcanzan más horas del día para descansar, para prepararte siendo amateur, entonces siento que nosotros estamos en un peak como grupo. Quizás por ahí podemos afinarlo y mejorar todavía el rendimiento un poco pero estamos llegando sin duda a un techo, a un tope dentro de nuestro amateurismo.
¿Existe la posibilidad de mantener este peak hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020?
Es la idea del proceso. (…) hasta el 2020 el objetivo es clasificar a los Juegos Olímpicos, pero antes de eso tenemos que pasar primero por el circuito sudamericano que es en Punta del Este, Reñaca para ganar la clasificación a Hong Kong, y tratar de alcanzar la clasificación al World Series de Las Vegas y de Vancouver. Después viene el Pre-Olímpico, una instancia que te permite clasificar directamente a los Juegos Olímpicos. Luego vienen los Panamericanos Lima 2019, que es en julio, y así consecutivamente. Entonces estás en el tren, vas dentro de la rueda de la competencia constantemente así es que no creo que sea nada muy descabellado pensar que este grupo tiene un objetivo de aquí al 2020. Llegar a los Tokio, ese es el objetivo principal, ese es nuestro sueño, participar en los Juegos Olímpicos por primera vez en la historia.
Lamentablemente algún día llegará el momento en que debas dejar de jugar a este nivel, ¿qué harás después de tu retiro?
No lo he pensado todavía. Espero que sea una pregunta que tenga que responder mucho más adelante. De todas formas mi intención es siempre estar ligado al rugby, yo quiero ser jugador competitivo, digamos de selección, lo que más pueda. El día que por cualquier circunstancia, por una lesión, por nivel, por un tema familiar, o cualquier razón, y me tenga que alejar del tema competitivo o internacional o alto rendimiento, yo voy a seguir jugando por mi club y me gustaría también de alguna forma seguir ligado o apoyando la estructura, sea desde una posición dirigencial o de apoyo técnico-táctico de mi club, de la selección. No lo tengo definido, no lo he pensado, pero creo que sí tengo ganas de seguir ligado al rugby en cualquiera de las otras áreas cuando no pueda seguir siendo jugador.