La ópera prima de François Truffaut es un título fundamental de uno de los mejores directores y críticos de cine que haya pasado por este mundo.
El filme consolidó el movimiento La Nouvelle Vague o Nueva Ola Francesa, en que destacan “Vivir su vida” (1962) y “Sin aliento” (1960), ambas de Jean Luc-Godard.
“Hiroshima mon amour” (1959) de Alain Resnais; “Mi noche con Maud” (1969) de Éric Rohmer, y las irrepetibles “Disparen sobre el pianista” (1960) y “Jules y Jim” (1962), del propio Truffaut.
Emblemática
“Los 400 golpes” (1959) es la cinta emblemática de esta corriente, sobre todo en las secuencias rodadas en exteriores con luz natural, con situaciones y personajes característicos de la vida cotidiana de cualquier ciudad del mundo, similar a un documental del diario vivir urbano y su gente.
Truffaut elige actores no profesionales lo que brinda espontaneidad a los diálogos, incluso prescinde de ellos, por ejemplo, cuando los protagonistas pasean por la calles de París y sólo se escucha música.
Autobiográfica
La cinta está inspirada en la dramática infancia de Truffaut, quien tardó años en descubrir que el hombre que le había dado su apellido no era su verdadero padre.
El cineasta fue entregado a los cuidados de una nodriza y después a sus abuelas. Igual que el personaje fue un mal estudiante, siendo expulsado de varios establecimientos; conoció los fríos correccionales e incluso estuvo en la cárcel.
Son las mismas experiencias que vive el adolescente, de 14 años, Antoine (Jean Pierre Léaud, actor fetiche de Truffaut, con quien trabajó en una serie de películas siguiendo la vida del personaje de Antoine por cerca de 20 años).
Sobreviviente
Me impresiona la capacidad del protagonista de luchar de una forma creativa ante la adversidad y el mundo que lo rechaza. Es castigado injustamente porque tiene la mala fortuna de estar en el momento y lugar equivocado. Se rebela y junto a su amigo René realizan travesuras por las calles de París metiéndose en varios líos.
Antoine no se siente parte de la sociedad y cae en la delincuencia, siendo duramente castigado por la ley; Truffaut muestra la perra vida del adolescente que lidia, entre la cárcel del hogar y el colegio.
Aunque su hábitat es la calle, el joven libera su mente a través de la lectura y el cine, las misma aficiones que tuvo en su niñez el director de “El hombre que amaba a las mujeres” (1977).