SANTIAGO.- “Ya déjate de molestar, si por plata baila el mono”. Esta fue una de las últimas respuestas que aseguró recibir Gianina Richardi cuando fue al Hogar Nido de Hualpén, en la Región del Bío Bío, a exigir respuestas sobre el paradero de su hija Valentina (nombre ficticio), de 7 años. Derrotada tuvo que volver a casa. Esta mujer vive un infierno al no ser escuchada en el Servicio Nacional de Menores, Sename, ni en el Tribunal de Familia, desde donde le explicaron que su caso estaba cerrado.
Gianina vivía con su pareja; fue en ese contexto en que nació Valentina. Lamentablemente sufrió maltrato físico por parte del hombre y decidida acudió al Centro de la Mujer para denunciarlo y recibir ayuda; sin embargo, sostuvo que la única acción que efectuó la institución fue iniciar los trámites para quitarle a su hija. Valentina llegó al hogar en 2014 cuando tenía tres años.
Tiempo después de que su hija ingresó al hogar, Gianina consiguió un trabajo estable en las pesqueras de la zona, logrando recuperar a su niña. Pese a ello, la mujer acusó que la ex directora del centro colaborador del Sename “Nido”, Evelyn Oñate, mantenía conversaciones con su madre para que la menor “no perdiera contacto con el recinto”.
“Cuando yo trabajaba, Evelyn llamaba a mi mamá -que cuidaba a la niña- y la manipulaba diciéndole que tenía que llevar una vez por semana a Valentina para que siguiera adaptándose al hogar, que la pensión alimenticia la recibía ella y que tenía que ir a buscarla. Obviamente eran mentiras y mi mamá llegaba con las manos vacías, sin plata. Hasta que un día llegó sin dinero y sin la niña”, dijo Gianina.
Pensó que se la devolvería, pero la entonces directora del hogar interpuso una orden de alejamiento, dijo, y no pudo ver a Valentina por mucho tiempo; lo terrible ocurrió en febrero del 2018, cuando un lunes concurrió al hogar junto a su madre, Nélida, enterándose de que su hija había sido dada en adopción y que existía una autorización firmada.
“¡Mamá, qué firmaste!”, le gritó Giannina a su progenitora, intentando encontrar alguna explicación. “Es que Evelyn me hizo firmar un papel, pero se supone que era para regular sus comidas”, le contestó Nélida con lágrimas en sus ojos.
Unidas por justicia
Después de dos años, el pasado 28 de abril, se destapó en el hogar Nido una red de pedofilia, donde “colaboradores“ entregaban dinero al recinto a cambio de poder violar niños de 6 y 8 años. Esto le costó el cargo a Evelyn Oñate y la directora nacional del Sename, Susana Tonda.
Al ver las noticias, Gianina rompió en llanto. Pero luego sacó fuerzas para luchar: “esta es mi oportunidad”. El anhelo de ser tomada en cuenta la impulsó para hablar con otras mamás del hogar y se organizaron frente a estas prácticas irregulares.
Al principio tres madres se manifestaron afuera del Tribunal de Familia de Talcahuano; ahora, son 19 y marchan por el Gran Concepción y se presentan en asambleas territoriales. Se llaman “Madres Desesperadas” y denuncian adopciones ilegales, engaño, maltrato y obstáculos del Sename y los tribunales para recuperar a sus hijos/as.
A Italia
Jazmín Contreras es su vocera. Sus dos hijos estuvieron en el hogar Tupahue, de Hualpén, por una denuncia que la acusaba de consumir drogas; asegura que nunca ha tenido adicciones.
Ella dijo que desde el hogar le aconsejaron se internara, pero Jazmín se negó; eso sería asumir algo que no era cierto, manifestó, agregando que siempre se ofreció a que le hicieran exámenes para demostrar que no consumía. Para dicho trámite un tribunal debe emitir una orden; nunca llegó.
“Las asistentes sociales nunca nos dieron las herramientas para demostrar que sí estábamos aptas para cuidar a nuestros niños. En los juicios sólo hablan las asistentes sociales, abogados y director/a del hogar. Nosotras no podemos porque para eso estaba el abogado que me estaba ayudando, quien sólo me hablaba tecnicismos que no entendía. Luego supe que la asistente social puso en el informe que yo golpeaba a mi niña y que vivía en la pobreza, solo porque mis otros hijos rayaban las paredes y hacían dibujos”.
Un día fue al hogar para conocer el estado de sus hijos. Según su relato, la asistente social le dijo “¿Qué haci’ acá?, tus niños fueron dados en adopción”. Desolada buscaba respuestas, hasta que una “tía” del hogar le comentó que había visto papeles de adopción con los nombres de sus hijos, cuyo destino era Italia.
El patrón de estas prácticas se repitió en Laura Ramírez, quien vivió una adicción con las drogas. Su madre fue al hogar “Medalla Milagrosa” de Talcahuano y denunció la situación, lo que produjo que su hija quedara internada en el 2003, cuando tenía 2 años. Ella la visitaba casi todas las tardes o las veces que podía. Cuenta que le pagaba a algunas “tías” para que su niña tuviera mayor atención y cuidado.
Un día le pidió a una monja si podía ir a comprar yogurt y se la llevó a su casa. Al rato llegó Carabineros a su casa y se la quitaron. No la dejaron verla por mucho tiempo, hasta que un día la citaron al Tribunal de Talcahuano. “Me llevaron a una sala al fondo y firmé un documento. Lo hice porque me dijeron que era para registrar que no me quitarían nunca a mi hija y que cuando quisiera podría verla. Un día fui al hogar y no me dejaron más verla”, sostuvo entre lágrimas.
La madre continuó con su relato. “Tienen un mal concepto de mí y dicen que no puedo cambiar, pero eso es mentira. Gracias a Dios conseguí vivienda y trabajo, pero me quitaron el derecho de ser madre y eso es injusto. Me vieron sufrir y me engañaron”.
Laura, al ser entrevistada lloró en casi toda la conversación.
Las tres madres afirman que los datos de sus hijos fueron eliminados del Registro Civil.
Responde el Sename
Consultada Carolina Von Schakmann, abogada del Departamento de Adopción del Sename, quien desde 1991 ejerce labores en la institución, sobre cómo se gestiona el proceso de adopción, respondió que el Tribunal de Familia es el ente que dictamina la orden por causa de protección.
“Lamentablemente nuestro país tiene un historial de tráfico de niños. Por eso la ley actual, el principal objeto que tuvo, fue terminar este tráfico de niños que provenía por intermediación de particulares”, dijo.
¿Por qué entonces existen familias que afirman de que no las notificaron?
“Se me hace difícil de comprender. No se puede realizar una audiencia en estos juicios si la familia no está notificada y esa notificación proviene del tribunal, no la hacemos nosotros como Sename”, sostuvo la profesional.
¿Y cómo el Sename puede ayudar a “Madres Desesperadas”?
“Nosotros lamentablemente no podemos. Todas estas causas fueron resueltas por una sentencia judicial y no podemos revisar casos ya terminados. La ley de adopciones sostiene que los documentos son confidenciales y quedan resguardados en el Registro Civil. Yo creo que la única forma sería una denuncia en Fiscalía y esta tendría que apelar informes. O también conseguir la autorización de la familia adoptiva, quien es la única que puede brindarla”, sentenció.