A raíz del histórico 8M, el Día Internacional de la Mujer de 2018, nació Mirada de Mujer (MIRAM), un colectivo que reúne a 24 fotógrafas chilenas, emergentes y consagradas, dotadas de una especial forma de interpretar las realidades que convergen en el Chile actual. Esa óptica femenina es lo que busca visibilizar este proyecto, a través de exposiciones autogestionadas como acto de democratización del acceso a las obras. Una de sus gestoras, la fotógrafa de calle Paula Navarro, habla de cómo ha crecido la agrupación, de sus desafíos, del trabajo de unión y sororidad que han tenido las gráficas tras el despertar social, y de la desgarradora situación que hoy afrontan, luego de que una de sus compañeras del colectivo perdiera el 80% de la visión de su ojo izquierdo por el actuar de Carabineros.
“Mirada de Mujer nunca tuvo la intención de ser un colectivo”, con esta frase Paula comienza el diálogo y agrega, con convicción, que MIRAM es más bien una comunidad fotográfica. Cuenta que nace cuando el ex director del Espacio Diana, Sergio Hernández, le sugirió reunir a 8 fotógrafas para montar una exposición, a propósito de ese histórico 8 de marzo. Aceptó el desafío y comenzó la búsqueda. En muy poco ya había reunido las 8 mujeres; y luego se sumaron otras cuatro fotógrafas. Todas, con sus trabajos, repletaron el lugar de exposición una vez culminada la enorme manifestación feminista en la Alameda.
Después de eso Mirada de Mujer cerraría un ciclo, pero “nos fue tan bien, que nos comenzaron a invitar a otras partes a exponer”, dijo la artista de 38 años. Así llegaron a la galería de arte “El Zaguán” de San Fernando, luego las fotos se trasladaron a una exposición en La Reina. Y de esa forma, siguieron pavimentando su camino el 2019, año en que se sumaron otras 12 fotógrafas al colectivo, mostrando las obras en lugares como Espacio Matta y el Taller Emilio Vaisse. Para este 2020 se espera la llegada de otras 12 gráficas.
***
A propósito del despertar social de Chile, ¿ha ocurrido algún cambio en Mirada de Mujer?
Nosotras trabajamos en un proyecto, el cual es un secreto, no podemos mencionarlo, pero sí estamos las 24 en eso ahora. Y yo creo que cuando comenzó el estallido social nos unimos más. Si bien no todas están fotografiando el estallido mismo, todas están presentes de alguna u otra forma para aportar. De hecho, de las más activas que están registrando el estallido, se generó un video, que compartimos en redes sociales para que se vea que Mirada de Mujer está comprometida con esta causa, que es muy necesaria, y que estamos apoyando desde la vereda que nos convoca, que es la fotografía.
¿Cómo ha sido este proceso?
Es súper fuerte. Te enfrentas a tu propio despertar, uno interior. Todas hemos estado súper emocionales, hemos pasado por distintas estaciones del año, pero en un solo día, o sea, hemos tenido invierno y verano en un día, lo que genera un cambio emocional tremendo. El salir a la calle, hacer fotos, con muchas vivencias, ha sido tremendo para todas. Bueno, hay algunas que son más fuertes, que están en primera línea, otras que hacemos fotos más pasivas, por decirlo de alguna forma, que tratamos de registrar a la gente que está con sus carteles, pasándola mal.
¿Qué enfoque editorial tiene el colectivo?
Documental, 100 por ciento. Eso lo hace cada una desde su sentir, desde su emocionalidad, sus vivencias, de cómo es el mundo que cada uno habita y cómo lo va enfrentando, y no solo como fotógrafa, sino que, como ciudadana, como ser humano. Yo creo que eso se ha reflejado en el trabajo que cada una hace en la calle. Con esto buscamos dejar un registro, porque finalmente es historia, todo es para eso, formamos un libro que no nos damos cuenta y a la vez denunciamos, porque eso nos permite hoy la tecnología y la imagen, denunciar cosas que no se muestran en televisión.
¿Qué es lo más crudo que les ha tocado registrar?
Te voy a hablar desde mi experiencia. Personalmente, es ver a gente que está enferma de cáncer, que son varios, he visto a una mujer con sus senos mutilados y que va a manifestarse con su cuerpo lleno de consignas; hay otro chico que se llama Pelao Vade, que va siempre a las marchas con su tamborcito y se ha hecho bastante famoso, pero más allá de la fama y volverse casi en un ícono de marcha, es pensar que ese ser humano que está ahí, todos los días, enfrentándose a carabineros, a las lacrimógenas, al calor, a cosas que son super fuertes. Eso me genera mucha violencia, desde el hecho que alguien tenga que llegar a eso para que pueda ser, ojalá, escuchado. Lo otro es en relación a mis colegas. La violencia de Carabineros es muy fuerte, no discriminan entre manifestante o alguien que los está enfrentando directamente. Ellos pegan, les da lo mismo, van como a una guerra, con una energía y prepotencia contra quien se le cruce por su camino. Eso es muy fuerte.
Estos días se conoció un hecho de violencia que las afectó a ustedes como colectivo, ¿puedes contar algo de eso?
Sí. Le ocurrió a una de nuestras integrantes, nuestra querida Nicole Kramm, que siempre fotografía las marchas en primera línea. Pero justamente el incidente que sufre no fue registrando la primera línea, sino que fue la noche del año nuevo, cuando caminaba, sin su cámara, frente al monumento Carabineros de Chile y cerca de donde está el piquete de Carabineros. Desde ese sector y no del de manifestantes, le llega un impacto en su ojo izquierdo, lo que le causó que perdiera el 80% de la vista de ese ojo. Ella ahora está en recuperación; es una persona con una energía muy positiva, a pesar de la adversidad, y nos duele, nos duele el alma enterarnos de esto. Es como si nos hubiera pasado a nosotras, entendiendo lo que significa la visión; trabajamos con nuestros ojos, mirando y observando el mundo, mostrándole al resto lo que vemos. La situación es muy dolorosa, yo creo que para cualquier ser humano, y más aún para un fotógrafo.
¿Qué acciones tomarán en torno al caso?
Nos toca muy de cerca que sea una de las nuestras. Y bueno, como colectivo estamos haciendo gestiones para ayudar, en lo que podamos, a Nicole, porque ahora viene una parte muy desgastante, porque imagina que te mutilan, pero después nadie se hace cargo de eso, no hay responsables, nadie paga nada, solo hay daño y debes costear un lugar para tu recuperación.
Hay varios fotógrafos que han sufrido diferentes lesiones. Por lo tanto, se están generando asambleas autoconvocadas por parte de fotógrafos, nosotros, hombres y mujeres, donde se están generando comisiones para abordar este tema. No hay nada definido al cien por ciento, porque se está trabajando en ello, pero lo primero será generar protección para los fotógrafos, ya sea en asesorías, en cómo afrontar la violencia en la calle y lo que viene después de la misma violencia, que daña la vida totalmente.
Volviendo a la fotografía en sí, ¿cuál es el valor de la imagen en estos tiempos tan difíciles?
Nosotras escribimos historia en imágenes. Hoy todos están sacando fotos de muchos ángulos, de distintas formas, pero hay un relato. Cuando esto se logra armar, más completo, se tendrá uno de cómo comenzó todo y de cómo fue su desenlace. Espero que la fotografía sea un aporte tremendo para las futuras generaciones, para enseñar cómo fue este movimiento. La imagen, además, denuncia, hoy no todo lo que pasa en la calle se muestra en los medios de comunicación, y en ese sentido, la fotografía ha jugado un rol fundamental para mostrar las cosas que no son visibilizadas.
Qué opinas del rol que ha jugado la gente, que no necesariamente es audiovisual, pero que sí posee un teléfono para hacer una foto o grabar un video.
Increíble y necesario, tiene que seguir haciéndose. Yo creo que hoy todos se han vuelto fotógrafos y reporteros, quizá sin tener el mejor ángulo, la mejor composición, pero en estos momentos eso da lo mismo, porque el mensaje que tiene ese registro es muy potente para denunciar y evidenciar las cosas en este movimiento social, o para alimentar la agenda social, que esperemos que se plantee en este gobierno, o en otro, pero que se hable de eso, de mostrar que la gente se está manifestando con carteles muy potentes; imagínate si empiezas a indagar por qué esa persona dijo tal cosa, te encuentras con tremendas historias. Y bueno, eso es un poco la invitación que también tiene la fotografía, a cuestionarse harto, a preguntarse harto.
¿Cuáles son los desafíos de Mirada de Mujer?
Que se unan más fotógrafas. Ya tenemos 12 que se ingresan para este 2020, que vendría a ser el tercer ciclo y seguramente como estamos en un estallido social, que yo creo va a estar todo el año muy vigente, estoy segura que estas 12 mujeres, que son de generaciones muy opuestas, de experiencias muy distintas, se van a unir a las 24 que ya estaban y vamos a armar algo distinto. El desafío que se viene es potenciar estas 12, como su ciclo, como corresponde, pero también que nos unamos con las otras 24, de las cuales me incluyo, y formemos algo más grande, los tres ciclos, algo que tenga relación con lo que está pasando hoy en día. Y eso es bien bonito, porque hay harta sororidad entre nosotras, aprendemos mucho las unas de las otras y es bello eso de visibilizar el trabajo de la mujer fotógrafa, que es el objetivo de MIRAM, hacer que las mujeres fotógrafas en Chile sean parte de los nombres que se mencionan.