SANTIAGO.- Con sus paredes repletas de lienzos y murales que recuerdan el despertar social de octubre, el Museo del Estallido Social, ubicado en Dardignac con Constitución, se ha convertido en una de las principales atracciones del Barrio Bellavista en pandemia, destacando un majestuoso «Matapacos» y las obras de artistas nacionales, como Paloma Rodriguez, Fab Ciraolo y Caiozzama.
En la siguiente entrevista, el curador y director de este espacio, Marcel Solá, habla sobre su creación y su importancia para la memoria, además aborda los principales desafíos que han tenido producto de la crisis sanitaria.
- ¿Cómo nace la idea de un museo del estallido social?
Nace por esta necesidad de contribuir, principalmente, por el tema cultural, y aportar en esta documentación en torno a los acontecimientos propios post estallido. Es necesario tener esta escritura de memoria para el tiempo presente, porque si nosotros no nos involucramos activamente en estos procesos de construcción de memoria, de relato, sucede que más adelante son interpretados con ciertos egos, con intereses económicos o políticos, y todos los historiadores tienen muchas veces esas presiones y tienden a escribir solo una parte de la historia.
Por eso, tenemos dos dimensiones. Por un lado es la página web, que reúne material, incluye también lo que son los manifiestos y declaraciones de organizaciones sociales y territoriales; y por otro lado, está el espacio físico, que tiene otro propósito complementario.
Quisimos crear un espacio de contención, un espacio de reunión y la estética que se advierte en las calles, con intervenciones artísticas, la gráfica que ha estado presente en los muros, en las calles, en zonas como el GAM, el entorno de la Plaza y en varias partes de Chile. Queremos reunir eso para dejar algo que quede más en la memoria.
- ¿Cuáles son las obras que están exponiendo?
Hay piezas bastantes icónicas, que ya son reconocibles para muchos inconscientes colectivos. Por ejemplo, están las obras de Lolo Góngora, de Paloma Rodríguez, de diversos artistas y también de colectivos de serigrafistas. Hay diversos creadores, que son los más protagónicos en la escena de la intervención en las calles, que están presentes acá en un gran mural colectivo.
Por otro lado, tenemos a los tótems de madera, que vienen a poner un poco en el acento de la problemática la necesaria reivindicación de los pueblos originarios; los recuperamos luego de haber sido quemados y saqueados, ahora están aquí con todas sus cicatrices. Al igual que el perro negro (Matapaco), es otra pieza icónica que tenemos acá.
También hay otras intervenciones textiles, bordados colectivos, tenemos también en este momento una exposición de escudos, más de 18 escudos de primera línea intervenidos por diversos artistas.
- ¿Qué esperas generar con esta iniciativa?
La gente que asiste al museo trae ofrendas, flores, es interesante que ocurra eso. Otra cosa que es súper interesante y que se contradice de los otros museos, es que aquí la invitación es a tocar las esculturas, no lo puedo decir abiertamente, por el tema pandemia que estamos viviendo, pero, por ejemplo, estas esculturas de madera, ojalá que la gente los venga abrazar. O sea, es todo lo contrario a los demás museos que dicen “no tocar”; aquí queremos que se genere esa conexión. Al momento en que yo abracé ese tronco convertido en un simbolismo, sienta la conexión. Las personas nos han dicho que la experiencia de estar aquí remueve emociones y conciencia, como que no sales 100 por ciento igual de acá.
- ¿Cómo se financia el museo?
Hasta ahora tenemos total autonomía, de auto gestión, no recibimos aporte de forma estable de ninguna organización, sino que básicamente esto se sostiene con medios de aportes solidarios de quienes visitan el museo, incluso hay personas que nos aportan por medio de la plataforma Flow, por vía internet, a la cuenta del museo. Todo es de carácter voluntario. También tenemos una pequeña tienda con postales, con material iconográfico; recuerdos interesantes para que las personas lleven. Eso nos contribuye para autofinanciar este espacio.
- ¿Cuánta gente normalmente acude al museo?
Hemos tenido como 150, 180 personas diarias por el horario reducido que tenemos, pero creemos que eso va a ir cambiando a medida que pasemos a una nueva fase, posiblemente.
Considerando que el museo es nuevo ¿Qué estrategias implementarían para llegar a más público?
Para serte muy honesto no queremos que sea tan conocido todavía (se ríe), porque se nos desbordaría y tenemos un máximo de capacidad para 25 personas. Creo que el ideal es que aquí no hayan más de 15 personas para que puedan contemplar bien y tranquilamente las obras.
No sabemos que podría pasar si el museo se hiciera más conocido, no tendríamos quizás la capacidad de recibirlos y los tendríamos esperando, lo cual no es la idea. Pero de todas maneras necesitamos visibilizar el espacio y la idea es ir gradualmente. Si fuera, por así decirlo, popular y furor, sabemos lo que eso provoca: una reacción de la otra vereda, que nos van a querer boicotear el espacio, así como atentaron al perro, a las esculturas de los tótems, los muros rayados los fueron a pintar. No me extrañaría que vinieran a atentar el museo.
- ¿Qué rol cumplen las redes sociales dentro del museo?
Yo soy bien neófito con la materia de las redes, pero me imagino que podría ser una instancia que te permita incorporar a más personas y poder visualizar en tiempo real lo que está ocurriendo. Además, siempre estamos informando, a través de las redes sociales, sobre las actividades que vamos realizando, de las nuevas obras que estamos recibiendo; este es un espacio que permanentemente llegan obras nuevas. Por ejemplo, esta mañana se terminó un mural, entonces sigue activo; para aquellos que ya han venido pueden venir de nuevo y van a encontrar siempre algo nuevo.
- ¿Cuál es el horario y funcionamiento que está teniendo el museo?
Estamos abriendo desde las 16.00 a las 20.00 hrs. de martes a viernes y el sábado con una jornada más extensa de 12.00 a 20.00 hrs.
A medida que vayan avanzando las restricciones sanitarias, veremos si es posible una apertura los domingos. También queremos dejar algunos espacios de apertura para generar actividades internas, como conciertos y recorridos guiados para estudiantes. Eso requiere una dedicación, tenerlo plenamente enfocado en ese propósito y así generar una instancia más activa.