La historia de Ash Ketchum cautivó a todos desde el inicio de la serie en 1997. Un joven que iniciaba su viaje para convertirse en Maestro Pokémon, junto a su primer compañero, Pikachu.
En un inicio, este mundo se convertía en un lugar realmente atrayente, con entrenadores creciendo junto a sus queridos monstruos de bolsillo y enigmáticos villanos como el Equipo Rocket, que, a pesar de la caricaturización que recibían por parte de James y Jesse, los icónicos personajes que aparecían en todos los episodios para realizar fechorías (que indudablemente debían terminar en un fracaso y el triunfo de los héroes), seguían siendo un elemento de misterio, al ver que en realidad existía una seria y poderosa organización maligna.
Pokemon tenía demasiados elementos para desarrollarse, y se volvió satisfactorio ver que Ash no consiguió convertirse en el campeón de todos los torneos, sino que irremediablemente perdía una y otra vez, ya sea en cuartos, semifinales o una eventual final.
Y esto, precisamente, es lo que Pokemon fue perdiendo con el tiempo: desarrollo de personaje.
Ash sigue siendo prácticamente el mismo desde que terminó la Liga Johto (segunda temporada), y no ha mostrado mayores cambios desde entonces. Es verdad, las adaptaciones a los videojuegos siempre se agradecen, está claro, y siguen trayendo los excelentes giros que se ven en las tramas originales de las distintas versiones de los juegos, pero Ash no cambia.
Seguimos viendo al mismo entrenador joven… Corrijo… al mismo entrenador igual de joven, porque este anime con más de 1.000 capítulos cuenta con un protagonista que desde el episodio 1 hasta hoy, sigue teniendo 10 años, algo que no tiene absolutamente ninguna lógica.
La ilusión de ver a Ash perder, era observar su desarrollo y superación, su maduración junto a sus compañeros, su querido Pikachu, Charyzard (que va y vuelve como tu ex…), entre todos esos innumerables amigos que el entrenador se fue haciendo a través de su camino.
Queríamos ver a Ash seguir adelante, volverse adolescente, un hombre, ganar prestigio, y observar como uno de los grandes héroes de tu infancia, se convertía en Maestro Pokémon.
Ese crecimiento, que sí tuvieron otros anime como Naruto o Dragon Ball, donde Goku parte como un niño, pero va creciendo, y se va haciendo no solo más fuerte, sino que más adulto, al crecer, formar su familia, tener hijos, nietos, y madurar (¿o acaso no fue una de las grandes críticas a Dragon Ball Super que la personalidad de Goku volviera a ser la que tenía en su juventud?).
Es verdad que al anime de Pokémon le sigue yendo bien, pero queremos ver a Ash crecer, desarrollarse, madurar, y seguir interactuando con este hermoso mundo que se nos presentó desde 1997 (como serie animada), pero como un personaje que va creciendo cada día, como nosotros hemos hecho a lo largo de todos estos años.
Queremos que Ash crezca con nosotros.