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“Scarface”: Sí, el mundo es tuyo Al Pacino

El protagonista es un camaleón que pasa por varios estados de ánimo. Puede ser violento, asesino, adicto y degenerado; pero también amistoso, romántico, simpático y hasta honesto.

“Scarface” (1983) es rememorar a uno de los mejores actores de la historia, sólo igualado por Robert De Niro y superado por Marlon Brando, que aún permanece en el olimpo de los más brillantes de todos los tiempos.

En su carrera Al Pacino nos ha regalado memorables interpretaciones, especialmente en la época dorada de los setenta. Por ejemplo, el hijo menor del patriarca de la mafia de Nueva York, Michael Corleone, en la Trilogía de El Padrino.

El policía íntegro de principios incorruptibles en “Serpico” (1973); el delincuente homosexual que roba un banco para costear la cirugía plástica de su novio en “Tarde de perros” (1975), ambas dirigidas por Sidney Lumet.

Está el policía infiltrado en el mundo gay que investiga los asesinatos de homosexuales en “Cruising” (1980). Y el malhumorado coronel militar no vidente en “Perfume de mujer” (1992), por el que Al Pacino obtuvo su único Oscar a Mejor Actor.

Un camaleón

Sin embargo, creo que la mayoría de sus admiradores estamos de acuerdo que el inmigrante cubano Antonio Montana en “Caracortada”, es el personaje más popular, emblemático y querido del versátil actor.

Tras su estreno la crítica destrozó la interpretación de Al Pacino, la calificaron de caricaturesca, burda y sobreactuada. Me pregunto qué diablos vieron, jamás analizaron al personaje de Tony, que es el alma del filme y sin su presencia la historia muere irreversiblemente.

No vieron su desdoblamiento e interpretación sin precedentes, es un camaleónico que encarna variadas personalidades y estados de ánimo en pantalla. Es mitómano, violento, asesino, adicto, iracundo, traidor y degenerado.

Pero también es afable, amistoso, romántico, simpático, protector y hasta sincero cuando habla de corazón. “Montana, me gustas porque hablas del corazón y no mientes”, le expresa el magnate de la coca en Bolivia, Alejandro Sosa, en la reunión de negocios en Cochabamba.

Pocos actores pueden interpretar todos estos estados emocionales en un mismo filme, con propiedad el actor quedó sentido con la crítica que lo trató mal. Pero no importa, él hace rato se había consagrado, porque efectivamente, Al Pacino, “El mundo hace rato es tuyo”.

Por Andrés Forcelledo Parada.-  

 

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