“Sed de mal” (1958) y “Citizen Kane” (1941) son mis cintas favoritas de Orson Welles, aunque igual recomiendo “La dama de Shangai” (1947), esta última en que el director compartió pantalla con su esposa Rita Hayworth, con quien se divorció culminado el rodaje.
Destacar que en la introducción a “Touch of evil” el cineasta ruega a los productores que respeten los cambios y modificaciones hechas al filme después de muchas horas de duro trabajo del realizador de “El cuarto mandamiento” (1942).
Cine negro
“Sed de maldad” es un homenaje a la época dorada del cine negro con una sorprendente técnica con planos secuencia, primeros planos y complejos contrapicados en que el policía Hank Quinlan (Welles) parece un gigante traído de una película de terror.
Efectivamente su figura es impresionante y es un elemento importante en la trama y no sólo por varios kilos acumulados a través de los años, sino por su notable desplante delante y detrás de las cámaras.
Famoso plano secuencia
La historia arranca con un notable plano secuencia de tres minutos y sin cortes, el cual tardó 15 días en rodarse y se transformó en mítico en la historia del cine.
Se inicia en un plano específico en el maletero de un coche y luego la cámara sigue a los protagonistas que se dirigen al límite fronterizo, epicentro de la historia; toda la escena se presenta sin corte alguno.
Mutilado
Cuando culminó su rodaje los productores de Universal se extrañaron del camino que había tomado Welles e hicieron varios cortes a espaldas del director, lo que mermó su línea argumental.
Éstos la consideraron confusa e incluso la reeditaron, agregaron escenas trabajando con otro director a espaldas de Welles, quien estaba en España rodando una adaptación del Quijote de la Mancha.
El filme se estrenó en 1958, fue un fracaso comercial y de crítica. De regreso a Los Angeles, Welles lamentó las modificaciones hechas por los productores y para que el material tuviese su sello dejó una serie de indicaciones sobre el montaje.
El documento de 58 páginas fue enviado a Universal. Posteriormente Charlton Heston, protagonista de la cinta, guardó una copia del escrito que sirvió de base para la versión final de 1998.
Favorablemente este corte final es el que estuvo siempre en la mente de Welles, y es el que podemos disfrutar íntegramente en DVD y Blu Ray.
Por Andrés Forcelledo Parada.-