El libro “Sucesos recobrados. Filmografía del documental chileno temprano (1897-1932)”, es un material de alto interés no solo para los estudiosos del cine y de la historia de Chile, sino que también para todo público que busca comprender cómo nos hemos construido como país.
Sus autores, Ximena Vergara, Antonia Krebs y Marcelo Morales (con la colaboración de Mónica Villarroel), como peritos en literatura, periodistas y estudios de cine latinoamericano, presentan en este trabajo de investigación la importancia de la obra documental en el patrimonio e historia del cine chileno.
La información recopilada se organiza en cuatro espacios temporales, 1897-1910; 1911-1920; 1921-1930 y 1931-1932. Cada uno con sus respectivos hitos, que en conjunto dan cuenta en forma detallada de los primeros 35 años del cine documental chileno.
Nuestra historia
Se presentan 470 filmes de distintos géneros y duraciones, creados en ese temprano período de nuestra historia como nación. En sus páginas se reconoce en los documentales, una expresión cultural de la sociedad chilena de la época, un medio de comunicación social, un arte narrativo con un lenguaje propio que se anticipó al cine de ficción y que en las primeras décadas del siglo pasado superó en número a ese tipo de filmes.
Con esta investigación se contribuye a recuperar un acervo indispensable en la historia del cine chileno, del que lamentablemente casi no existen testimonios físicos. La investigación rescata la existencia de estos documentales a través de anuncios en la prensa de la época, de folletines y carteleras.
Con impecable diseño, vemos imágenes de secciones de periódicos, revistas e información filmográfica que permiten revivir el patrimonio “físicamente frágil” como es denominado por las autoras y el autor del libro. En cada página encontramos materiales, que nos muestran una época, una forma de vida, y de ver el mundo.
La información está organizada de tal manera que permite al lector hacer una consulta específica por período, por película, por tema o por los nombres de los involucrados en los filmes, permitiendo recobrar y conocer cada suceso específico.
Por ejemplo, es muy interesante saber que en el año 1902, en el teatro Odeón de Valparaíso, la productora Empresa Pont y Trias (The American Biograph) filmó la labor de los trabajadores del puerto de Valparaíso, el más importante del país, tratándose de la primera película chilena que contiene imágenes de obreros.
Existieron muy pocas filmaciones que le dieron algún protagonismo a la clase trabajadora, ya que generalmente los filmes retrataban eventos militares o deportivos, actos de autoridades políticas, ceremonias y fiestas de la élite.
Mencionar que en 1919 por encargo de la Braden Cooper Co, dueños de la mina El Teniente, se filmó un documental que conserva Cineteca Nacional de Chile, que muestra a los habitantes de Sewell, las construcciones, los ejecutivos y las fiestas de fin de año, y en segundo plano, se observa la presencia de menores de edad realizando trabajos pesados en las labores de la mina. Después, en 1921, se retrata la vida de los mineros del carbón de Lota.
(Fuente: El Mostrador)