Esta publicación forma parte del suplemento digital Oficios Tradicionales: La lucha contra el olvido y la desaparición, que fue financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y el Consejo Regional Metropolitano de Santiago.
La identidad cultural de un país es un tejido complejo y multifacético, formado por diversos elementos que van desde la lengua y la religión hasta las costumbres y tradiciones. En este contexto, los oficios tradicionales desempeñan un papel fundamental en la construcción y preservación de la identidad cultural de una nación, encapsulando la historia, los valores y la creatividad de un pueblo.
Durante décadas las calles de la Región Metropolitana han sabido convivir con dos oficios que se resisten al paso del tiempo. Lustrabotas y suplementeros, trabajadores incansables que han sido parte integral de la identidad cultural no solo de la gran urbe capitalina, sino que también de gran parte del país, puliendo zapatos con especial dedicación y distribuyendo diarios a viva voz. Entonces, ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan en el mundo actual?
Con la llegada de la era digital y la automatización del trabajo, la demanda de servicios tradicionales ha experimentado una notable disminución. La destreza de los lustrabotas embelleciendo el calzado se desvanece en medio de la indiferencia de una sociedad que, en busca comodidades modernas, ha abrazado la moda de un solo uso. A pesar de sus esfuerzos, la diversificación de los servicios que por décadas han prestado se presenta como un camino empinado y, en muchos casos, infructuoso.
La creciente disminución de la demanda ha dejado a estos trabajadores luchando no solo contra el desgaste de sus banquillos de trabajo y la paralización de las imprentas, sino también contra la realidad implacable de un oficio que se desliza sin retorno a la obsolescencia.
LA LUCHA DIARIA POR LA SUPERVIVENCIA
La revolución tecnológica, lejos de proporcionar oportunidades de adaptación, ha acelerado la desaparición de estos oficios. La falta de políticas públicas y estrategias efectivas para enfrentar los cambios en las dinámicas laborales ha dejado lustrabotas y suplementeros en una posición vulnerable, marginados en un mundo que avanza a pasos agigantados y parece no tener intenciones de esperarlos.
A pesar de su destreza en el cuidado del calzado, los lustrabotas no han logrado diversificar sus servicios de manera efectiva. La demanda del lustrado tradicional ha disminuido drásticamente, y son cada vez menos las personas que insisten en ganarse la vida con este oficio. La esencia misma de la profesión se desvanece mientras la sociedad abraza alternativas más modernas y convenientes.
En el caso de los suplementarios, la situación es aún más desalentadora. Más allá de las miradas románticas en torno a su quehacer, muchos han sido víctimas de la indiferencia de los grandes conglomerados mediáticos para los que trabajan. Estos gigantes de la información han decidido prescindir gradualmente de sus servicios, forzándolos a abandonar su oficio sin ofrecer soluciones alternativas.
EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN Y LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, las nuevas tecnologías amenazan con condenar a muchos oficios tradicionales a la desaparición. La dinámica laboral está cambiando, y tanto lustrabotas como suplementarios sienten esa presión.
En el tejido de las calles de la Región Metropolitana, lustrabotas y suplementeros continúan escribiendo su historia. A medida que buscan nuevas formas de enfrentar los vientos de la modernidad, su determinación para adaptarse y resistir es un testimonio de la importancia de preservar nuestras raíces. Estos guardianes de oficios centenarios no solo pulen zapatos y distribuyen periódicos; son custodios de la identidad y la tradición, recordándonos que, en la era digital, la esencia de un país reside en seguir y recordar las huellas de sus oficios más antiguos.
La revolución tecnológica ha transformado radicalmente la forma en que trabajamos y vivimos. Oficios que alguna vez fueron fundamentales ahora se ven relegados ante la automatización y la digitalización. En este contexto, los lustrabotas y suplementeros se encuentran en una encrucijada, donde la tradición se encuentra cara a cara con el progreso. La lucha por preservar estos oficios no es solo un acto de resistencia, sino que también un llamado a reflexionar sobre el verdadero precio de la modernidad.
Esta publicación forma parte del suplemento digital Oficios Tradicionales: La lucha contra el olvido y la desaparición, que fue financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y el Consejo Regional Metropolitano de Santiago.