Una olvidada primera línea llamada TENS

Hoy no son reconocidas por el Código Sanitario. Hay un vacío en sus funciones, un derecho laboral que no reconoce la Constitución.

Natalia es una TENS, una Técnico Nivel Superior en Enfermería, su rol es muy fundamental en su área, no sólo asiste a enfermeras y médicos, junto a sus colegas son las personas que pasan más tiempo al lado de un paciente, por lo que participan directamente de su tratamiento y rehabilitación.

Hoy las TENS no son reconocidas por el Código Sanitario ¿Qué significa eso? Que al no estar consideradas, hay un vacío en sus funciones. Para poder trabajar deben cursar una carrera técnica que dure 2.500 horas (o cinco semestres) -lo que ella consiguió endeudándose con un CAE en el Banco- pero si llegan a emplearse, firman contrato como si fueran una Auxiliar de Enfermería o una Técnico Paramédico, un grado que antes era conseguido con un curso de 800 horas.

Para que Natalia fuera contratada en un Hospital Público, pasaron muchos años de trabajo inestable haciendo reemplazos, por lo que su labor no ha dejado de ser sacrificada. Sólo la misma noche del 26 de mayo, día en que el ministro de salud pidió a los chilenos que dieran un aplauso a la primera línea de la salud, ella en su turno de 24 horas en urgencias, estaba recibiendo apenas 2 mascarillas para cumplir con su trabajo. Si no hay buenos sueldos, para qué hablar de más o mejores insumos.

En la actualidad, los hospitales y consultorios, sean públicos o privados, han moldeado sus malas prácticas laborales de acuerdo a lo que la Ley y el espíritu poco solidario de la Constitución les permite. Sólo en el año 2018 el área de la salud chilena tuvo un 35.5% de sus trabajadores en calidad de tercerizados, empleados contratados indirectamente, para no depender de la institución.

A pesar que la pandemia causó un alza en los puestos de ocupación de este rubro, no es algo que dure para siempre. A los hospitales e Isapres les conviene tener pocos trabajadores, por más que exista un capital técnico y calificado esperando por ser contratado. Los vicios de una salud que la Constitución permite mirar como bien de consumo.

Fotografía de Amancai Potocnjak de Colectivo 51, Twitter https://twitter.com/Amancai

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