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“Terciopelo azul”: La obra de culto de David Lynch 

En los filmes de Lynch sus personajes compran un boleto al lado oscuro con el fin de encontrar luz al final del túnel,  éstos recorren selvas espinosas y caminos pantanosos para ver si aún existe bondad en los hombres.

Para hablar de la obra del director norteamericano David Lynch es necesario hacer un paréntesis y mencionar su formación pictórica.

Estudió Bellas Artes en prestigiosas escuelas de Estados Unidos y Europa, incursionando en extravagantes técnicas pictóricas e irrepetibles iconos. Aquí fue cuando descubrió su gran pasión, el cine.

Desde entonces sus inquietantes imágenes representan el lado oscuro del ser humano, y su constante lucha por salir del túnel del abismo y la maldad que lo corroe.

Antes de “Terciopelo azul” (1986) vi su segunda obra “El hombre elefante” (1980), inicio perfecto para sumergirme en el fascinante mundo de Lynch; luego visioné su ópera prima, la bizarra “Cabeza borradora” (1976).

“The elephant man” (1980)

En estos filmes observé elementos característicos de Lynch: sonidos envolventes y perturbadores, y esas imágenes de pesadilla dirigidas a los deseos reprimidos del ser humano.

Sus particulares personajes compran un boleto al lado oscuro con el fin de encontrar una luz al final del túnel. Recorren selvas espinosas y caminos pantanosos para ver si aún existe bondad en los hombres.

La oreja fatal

Este universo Lynchiano está presente en “Blue Velvet”, una historia de conspiración de maldad descubierta por Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan) quien tras visitar a su padre en el hospital encuentra una oreja humana íntegramente rebanada en un sitio eriazo.

El fortuito hallazgo rompe la monotonía del apacible pueblo maderero de Lamberstone donde nunca ocurrían hechos de esta naturaleza. Así el paradisíaco lugar es alcanzado por mentes retorcidas y malhechores de poca monta, entre ellos, Frank Booth (Dennis Hooper, quien nos dejó el 2010).

Hooper encarna uno de los personajes más malvados de la historia del cine, provoca incertidumbre y es imprevisible, no sabemos cómo procederá y que fechorías está tramando en su virulenta mente.

Beaumont se encuentra en una pesadilla, no imaginaba que tal grado de maldad existía en su provinciana ciudad. En su afán de seudo investigador se enamora de Sandy (Laura Dern), quien representa la seguridad, amor y le devuelve la esperanza.

Sin embargo, Jeffrey igual se siente atraído por la cantante Dorothy Vallens (Isabella Rossellini), víctima del chantaje de mafiosos que tienen secuestrado a su esposo y a su pequeño hijo.

Aunque Beaumont es arrastrado hacia el peligro no renunciará a la búsqueda de la verdad y la justicia, porque desea llegar al final de esta oscura trama en la cual se enredó voluntariamente.

Por Andrés Forcelledo Parada.- 

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