SANTIAGO.- Desde una crítica al manejo gubernamental de la emergencia sanitaria por el COVID-19, estudiantes de la Universidad Central de Chile (Ucen) se organizaron para abordar este problema con un enfoque popular. De este modo, nació “Brigadas en Acción”, que se vinculó con el Campamento Nueva Cordillera, de Puente Alto, con el objetivo de utilizar el conocimiento que entregan las instituciones de educación superior al servicio de los más afectados por la pandemia.
A la fecha, los estudiantes levantaron una escuela popular para los más pequeños, en la cual trabajan diversas temáticas, como Medio Ambiente y Pertenencia. Además, prestan acompañamiento psicosocial a los vecinos del campamento y efectúan diversas obras en el lugar.

En la siguiente entrevista, Alejandra Saavedra, estudiante de Trabajo Social, en la Ucen, quien además participa en la Red Estudiantil de Solidaridad Popular, donde trabajan distintos comités que se han levantado en diferentes universidades de la Región Metropolitana, habla sobre los desafíos de la iniciativa, la metodología del trabajo y las metas para el futuro.
¿Cómo nacen las Brigadas en Acción?
Comenzamos cuestionándonos la nula participación de las universidades para enfrentar la pandemia, porque es donde se aloja la producción y reproducción del conocimiento necesario para abordar el problema sanitario y su consecuencia social. Por otro lado, planteamos la discusión sobre si el ser solidario era quedarnos en casa, porque sabíamos que mucha gente igual seguía saliendo a la calle a trabajar y nosotros como jóvenes que, por una parte, no fuimos grupo de riesgo y, por otro, que tenemos la oportunidad de acceder al conocimiento que entrega la universidad no podíamos quedarnos viendo cómo gente moría, quedaba cesante o los problemas producidos por la pandemia seguían profundizando las malas condiciones de vida de la población. Nuestra última razón son las malas decisiones del gobierno en cómo abordaba la crisis.
Al comienzo, nos propusimos identificar cuáles eran las problemáticas de las personas, por lo que construimos un catastro y decidimos ponernos en contacto con los dirigentes del Campamento Nueva Cordillera. Al implementar el catastro e identificar problemáticas nos propusimos a crear un plan de acción en la comunidad, a la par que se iban sumando más compañeros de otras disciplinas con las que cuenta la universidad.
Ustedes utilizan el concepto de “solidaridad popular” ¿Cómo interpretan eso y cuál es su importancia para lo que hacen?
La solidaridad popular es el rol que cumplimos frente a la crisis popular sanitaria, porque somos estudiantes y tenemos conocimientos en diferentes áreas; ese conocimiento lo ponemos al servicio del pueblo. Nos organizamos y discutimos cuál será la mejor forma de abordar los problemas inmediatos en el campamento, pero también damos herramientas a los pobladores para que se incorpore la idea de la organización, ya que es la única forma de solucionar sus problemas cuando el Estado no se hace cargo de estos.
La solidaridad la definimos desde su significación clásica de “ayudar a otro”, pero le ponemos el apellido popular porque va en función de dar herramientas a los pobladores para que, con organización, solucionen sus problemas; esto lo diferencia de la caridad, porque sabemos que en algún momento nos iremos de ese campamento y se deberán organizar para solucionar sus problemas, entre todos.
¿Qué función cumple la Red Estudiantil de Solidaridad Popular?
Compartir y sistematizar las experiencias que vamos teniendo en las poblaciones o campamentos donde cada comité trabaja, desde ahí tomamos posturas frente a la crisis popular sanitaria. También compartimos conocimiento con capacitaciones en diferentes áreas. Es principalmente visibilizar y trabajar de manera cohesionada con otros comités en una lógica de voluntariados, porque sabemos que no es suficiente con trabajar en una sola población o campamento para dar soluciones reales al mundo popular.
¿Por qué crisis popular sanitaria?
Porque los más afectados y, casi los únicos, fueron los pobres del mundo. En el caso de Chile, la pandemia llegó desde la clase acomodada y se fue masificando hacia los sectores populares. Hoy podemos ver cómo en el barrio alto la pandemia se acabó; prácticamente ya no se enferman de COVID y cuando lo hacen ya saben que no morirán esperando en un hospital. Las desigualdades las vivimos en pandemia; nos platean que este virus no distinguía clases sociales, y es cierto, pero el sistema de salud sí lo hace, porque aquí la gente murió de COVID en los pasillos de los hospitales y muchos tenían que salir a trabajar enfermos porque nadie les iba a llevar comida a la casa. Los efectos de la pandemia los sufrió el pueblo, ellos quedaron sin trabajo, ellos tenían que hacer ollas comunes para comer diariamente y ellos murieron esperando en los hospitales.
Una vez acabe la pandemia, ¿seguirá Brigadas en Acción? ¿Proyectan su trabajo a largo plazo?
Nosotros proyectamos seguir trabajando después de la pandemia, esta organización nace en el escenario del COVID, pero el mundo popular vive mal todo el año, no solamente en pandemia, y proyectamos seguir trabajando incluso cuando volvamos a las clases presenciales, para que se sumen nuevos compañeros y podamos abarcar más poblaciones. Queremos abrir la universidad al campo popular donde el conocimiento no llega.
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