“Cadena perpetua” (1994) o “Sueños de libertad” es de esas películas que la mayoría del público conoce o ha escuchado alguna vez hablar de ella. Al referimos a las mejores cintas que hemos visionado sale a colación esta obra que ha sido un poco sobrevalorada, sin embargo, no deja indiferente a nadie, incluso siento un poco de envidia por quienes aún no la han visto, les garantizo que tendrán una experiencia cinéfila irrepetible.
“Sueños de libertad” forma parte de ese grupo de cintas que cuando nos encontramos con ella volvemos a revisarlas, tienen un magnetismo especial, algo similar me ocurre con “Forrest Gump” (1994), “Los puentes de Madison” (1995) y el “El diario de Noa” (2004), por mencionar algunas.
Tremendo debut
En “The Shawshank Redemption”, inmejorable debut del director Frank Darabont, Andy Dufresne (Tim Robbins) y “Red” (Morgan Freeman), son el alma de este relato carcelario.
El primero, un banquero condenado por asesinar a su mujer y al amante por lo que debe pagar cadena perpetua en el recinto carcelario de Shawshank.
En tanto, “Red” es un veterano de la prisión resignado a estar tras las rejas, porque está convencido que nunca saldrá de “La sombra”. Ambos luchan por sobrevivir en un entorno hostil en que estrechan lazos de amistad con otros convictos del penal.
El ingenio de Andy está sobre la media de la población penal, su mente privilegiada es superior y va a pasos adelantados de sus pares, él sabe jugar ajedrez, mientras otros juegan aún a las damas. Logra sobrevivir gracias a su inteligencia y nivel de preparación que sorprende a todos.
Institucionalización
En la historia existe un elemento que es más duro que las propias condenas de los prisioneros, es la inevitable institucionalización. Al principio los internos odian el sistema carcelario, pero luego dependen de este lugar que pasa a convertirse en su hogar.
El exterior no tiene nada que ofrecerles, se sienten extraños en una tierra extraña que los mira con desprecio, mientras que tras las rejas tienen cierto estatus y sus pares los respetan, lo cual queda claro con el personaje de Brooks (James Whitmore).
Mirando el horizonte
Mientras que Andy sobrevive y enfrenta la adversidad mirando siempre el horizonte, se propone ambiciosos proyectos y los concreta con creces, como cuando habilita la Biblioteca más grande de los penales de Estados Unidos.
Él transmite motivación y optimismo a sus pares, insta a “Red” a luchar a seguir vivo para conseguir sus objetivos, lo único que lo salvará de un incierto destino.
Es la parábola de este relato que recalca que pese a la adversidad nunca debemos perder la esperanza, porque mientras exista vida los sueños nunca mueren, aunque se está detrás de las rejas.
Notable historia y personajes entrañables desarrollados por Darabont, que cinco años más tarde nos volverá a sorprender con otra inolvidable carcelaria “La milla verde” (1999), con un elenco de lujo encabezado por Tom Hanks.