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El abrupto cambio de Andrés Olivos, ex vocalista de Difuntos Correa




 Corría el año 2003 y la banda chilena Difuntos Correa estaba en su plena efervescencia. Sonaba Tramposo Amor, Arrepentido y Black Dancing en las radios. Muchos jóvenes los reconocían por su música y la mítica Julieta en los diseños de cuadernos. Pero de un día para otro, el sueño terminó para su vocalista oficial, Andrés Olivos.

Todo inicia en los ‘90 con Never Mind de Nirvana. Ahí nace la motivación de Olivos para crear música y sumergirse en este camino. Tocaba guitarra en bandas escolares al ritmo del grunge y en 2003 conoció a Sergio y Charly Gómez, hermanos fundadores de Difuntos Correa.




Conversé con él en un parque de Las Condes. Mientras estaba sentado en el pasto recordó que cantar y tocar era algo que no se le hacía difícil, añadiendo que la pequeña llama que fueron los Difuntos Correa se incendió y los lanzó rápidamente al estrellato.

La periodista de Cultura 21 conversando con Andrés Olivos.

En la siguiente entrevista, Olivos detalla el abrupto cambio de su vida: de pasar de ser el roquero que estuvo en el Festival de Viña, a estar enfocado en su familia y el cine. Además, entrega pinceladas de la exitosa banda a la que perteneció.

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¿Qué sientes al haber sido un “rockstar”?

Con el pasar de los años siento que valoro mucho más estar centrado, saber quién eres y tener los pies bien puestos sobre la tierra. Siento que hay un juego de egos en la exposición de un artista y es muy tramposa.




¿Cómo fue la transición de ser músico a estar fuera de ese mundo?

Es dejar de estar expuesto. Algo que no ha sido malo para mí. Antes me salía de control y hacía cosas que no quería hacer. En aquellos tiempos llenos de música y festivales estaba muy urgido de que me quisieran y que se generara ese momento de efervescencia. Eso te hace poner los énfasis donde no estás. Lo pase increíble, pero a la luz del tiempo creo que ahora lo viviría desde otro lado. Soy más pleno ahora.




Entonces, ¿cómo puedes definir tu vida actual?

Ahora creo que llevo una vida tranquila, con menos altos y bajos. Cuando tocaba era de mucha euforia y oscuridad, como una montaña rusa; ahora me veo como alguien que tiene los incentivos puestos en lugares muy distintos al otro Andrés y ya no necesito una valorización externa para ser feliz (…) Ahora estoy cambiando pañales, tengo una guagua de 9 meses y una de 4 años, lo que te cambia completamente las prioridades; para ser un buen padre y que mis hijos se puedan realizar, tienes que hacer que se desarrollen bien y la verdad que le pongo harto pino a eso. Antes pensaba que lo más importante eran las obras que uno podía hacer, ahora lo más importante es la vida. Los cabros chicos son lo más importante, son tu obra, vives por ellos… antes sacabas un disco, ahora sacas una persona.




¿Qué sucedió con Difuntos Correa después de su separación en 2012?

Cometimos el error de ver lo que estaba sonado afuera, lo que sonaba en las radios para seguir girando la rueda. Además, hubo peleas internas que hicieron que dos amigos y yo nos fuéramos de la banda. Al principio tratamos de hacer otro grupo, pero no estaban los ánimos… hicimos otras cosas.

Difuntos Correa. De izquierda a derecha Checho Gómez, Erasmo Menares, César Fuentes, Andrés Olivos, Miguel Rodríguez y Charly Gómez.

¿Cómo te sentiste luego de esta ruptura?

Perdido, pero hay una forma de funcionar que tiene que ver con la aprobación externa, al dejar de recibir ese feedback la vida se te hace más fome. Me desplegué un poco y salí al mundo de nuevo; fue una etapa concluida y para poder cerrarla era como un duelo.




Luego de la separación empezaste a estudiar cine, ¿de dónde surge ese impulso?

Yo tenía amigos que hacían videoclips, en ese tiempo se llamaban Alterado Producciones, y realizaban (videos) de la Nicole, Los Ex, Sergio Lagos; una vez hice un programa con ellos como conductor y ahí me picó el bicho. Si iba a hacer otra cosa, sería eso; me gustaban las cámaras, además de crear historias.

Andrés Olivos trabajando en proyectos audiovisuales.

Tienes una productora, ¿en qué estás trabajando?  

Hemos trabajado con cosas de tele, con músicos, hasta que hemos crecido. Ahora estamos trabajando con la Mon Laferte, le hicimos un DVD que es parte del disco La Trenza. Pero en el fondo, se me unen el mundo audiovisual con la parte musical, seguimos haciendo videoclips y mantiene la llama viva.




Ayer estuve con un loco que le estaba haciendo unos videos, es como un baladista; en lo que puedo ayudar es a optimizar los recursos; con los músicos uno igual es super altruista, porque la idea no es sacarle lucas, porque sabes que no tienen, porque no ganas haciendo música, muy pocos lo hacen. Ahora tienes muchas más herramientas, pero todos la tienen, entonces marcar la diferencia es más complicado, es una locura, tienes que producir contenido todos los días. Ahora tener un grupo es tener un gran Instagram, tienes a todo tu público ahí y no en un disco, por ejemplo. Siempre trato de transmitir que esto es a largo plazo, como lo que le pasó a Chico Trujillo, que estuvo tocando 10 años sin que lo conociera nadie y de repente resultó y prendió.




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