Tras el lanzamiento del fono para denunciar acosos en el Metro de Santiago, la presidenta de la sociedad civil responsable de proyectos de ley como el de respeto callejero o la denominada “ley pack”, advirtió que para terminar con la violencia sexual es necesaria una educación no sexista y la colaboración de todos los ministerios.
Por: Fabián Pino
SANTIAGO. – María José Guerrero lidera el Observatorio Contra el Acoso Sexual, ONG responsable del proyecto de ley que busca modificar el código penal y conseguir sanciones para agresiones sexuales en la vía pública. La mujer afirmó que la iniciativa de Metro es solo el primer paso hacia la erradicación de la violencia sexual en espacios públicos y planteó los desafíos que tiene Chile en materia de convivencia sexual.
El pasado 8 de abril el Metro de Santiago presentó el nuevo canal para denunciar acoso dentro de sus inmediaciones. Se trata de la línea telefónica 1488, que ofrece asistencia gratuita a las víctimas o testigos de situaciones de hostigamiento sexual. El servicio telefónico es operado por personal de Metro capacitado por la Policía de Investigaciones (PDI), quienes tienen acceso inmediato a las cámaras de seguridad con el fin de identificar a los agresores y contener a las víctimas.
Continuamente hay publicaciones en redes sociales respecto a diferentes casos de agresión sexual en el metro ¿Es este es un espacio donde sistemáticamente se comete acoso y abusos sexuales?
La verdad es que sí. Es un lugar de acceso público y el escenario por excelencia para la violencia sexual callejera. Por lo tanto, sería muy extraño que ahí no ocurrieran (los acosos). La violencia sexual es parte de un continuo circulo, donde la base es la violencia de género con relación al sistema patriarcal y lamentablemente se reproduce en los distintos espacios. Desde aspectos laborales, en la casa, el colegio y los espacios públicos en general.
¿Cómo se pueden revertir las cifras de acoso/abuso dentro del Metro de Santiago?
Lo que hizo Metro de Santiago con la creación de este fono está bien, pero solo es una herramienta. Para poder llegar a una erradicación de la violencia sexual, específicamente en el metro, es necesario contar con políticas trasversales, donde conversen todos los ministerios, tales como el Ministerio de la Mujer, el Ministerio de Transportes, Ministerio de Educación y así sucesivamente.
¿Cómo esperan que funcione esta línea telefónica para denunciar el acoso dentro del metro?
Esperamos que las capacitaciones a quienes están asistiendo las denuncias rindan frutos y que no se revictimice al momento de tomar las denuncias, ya sea por medio de testigos o por la víctima. Además, esperamos que Metro disponga los medios probatorios la justicia.
¿Creen que deberían sumarse más iniciativas a esta nueva línea telefónica?
Ojalá que Metro pueda avanzar hacia políticas internas donde el respeto, la diversidad y la diferencia sean cultura dentro de este medio de transporte tan importante para quienes vivimos en la Región Metropolitana. Este es un buen punto de partida, pero falta mucho más.
Según una investigación de Informe Especial (2018), 8 de cada 10 mujeres son acosadas en el metro. Sin embargo, solo un 30% de las denuncias llegan a tener una condena ¿A qué creen que se debe esta situación?
Hasta el miércoles de la semana pasada no había una legislación que efectivamente diera cuenta de muchos de los actos de violencia sexual, como por ejemplo la masturbación en público, el exhibicionismo, las tocaciones, etc. Estos actos no se consideraban como un delito. Por lo tanto, la victima podía realizar una denuncia, pero esa denuncia no llegaba a un proceso legal ni punitivo. Esto no tiene que ver con que sea difícil de probar, sino que estaba dentro de la deslegitimación de nuestro Código Penal.
¿Qué desafíos creen ustedes quedan en Chile respecto al tema del callejero?
La verdad es que queda mucho. Chile es un país que está al debe en materia de violencia de género y en materia de derecho sexual. Recién hace una semana atrás se aprobó el primer tramite de proyecto de ley para que no prescriban los delitos de orden sexual. Incluso, Chile ni si quiera a firmado el protocolo facultativo de la CEDAW (Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer). Avanzar en materias punitivas es un primer paso, tenemos que avanzar hacia políticas de género transversales donde se apunte a un cambio y a la prevención.
¿Saben si es que desde el Ministerio de Educación se está trabajando en políticas contra la violencia de género dentro de establecimientos educacionales?
Los temas facultativos que tiene el Ministerio de Educación con instituciones de educación, como las universidades, son autónomos. Por lo tanto, hay aspectos que efectivamente se están trabajando, como por ejemplo ver que la acreditación también tenga que ver en términos de sus políticas internas, pero debiese existir una obligatoriedad al respecto. Debiesen existir políticas que si no se cumplen ciertos aspectos las universidades se cierran, por ejemplo.
El pasado 3 de abril se despachó del Congreso el proyecto de ley de respeto callejero que fue elaborado por ustedes ¿Cómo fue ese proceso?
El proyecto de ley de respeto callejero viene desde una moción ciudadana que es OCAC. El Observatorio Contra el Acoso Callejero construye este proyecto y busca la representación parlamentaria, porque la sociedad civil en Chile no puede presentar proyectos de ley.
Este proyecto de ley estuvo cerca de cinco años esperando su aprobación ¿A qué creen que se debe principalmente esta demora?
Las mociones parlamentarias se demoran mucho en convertirse en ley, porque no tienen las urgencias. Vivimos en un país presidencialista, donde si una legislación no tiene urgencia es muy probable que no llegue a puerto de forma rápida. Esta ley se demoró cinco años, pero en los procesos generales se demoró poco, porque hay proyectos con plazos mucho más largos, como el acoso sexual laboral que demoró doce años en ser ley.
¿Se encuentran trabajando en algún otro proyecto similar?
Desde el año pasado estamos trabajando de manera mucho más activa en otros tipos de violencias sexuales, como el acoso sexual laboral, online y en ambientes educacionales. Estamos intentando poder incidir las agendas mediáticas y legislativas y estar presente dentro de la discusión parlamentaria, sus tramites y comisiones. La ‘ley pack’, por ejemplo, presentada por la diputada Maite Orsini y Maya Fernández, se aprobó en unanimidad en su primer trámite. Estamos ahí, como sociedad civil, con un rol fiscalizador, buscando robustecer el debate público y ser un actor clave en estos procesos.